La economía naranja, que agrupa todo el tema de las industrias culturales y creativas, viene creciendo exponencialmente en el país y el mundo, y cada vez son más los incentivos y proyectos que promueven estas iniciativas.
Es el caso de los denominados bonos naranjas, unos instrumentos financieros que funciona como bonos ordinarios, pero sus recursos están destinados a financiar las actividades y proyectos de las empresas vinculadas a este sector.
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De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas, (ONU), esta industria aporta el 7,4 % del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y emplea al 14 % de los trabajadores. Por su parte, en Colombia este sector genera alrededor del 3 % del PIB y tiene aproximadamente 550.000 personas laborando en esta industria.
En un informe de Deloitte se explica que a través de la implementación sostenida de los bonos naranja se espera posicionar a este sector como un gran motor de desarrollo, productividad y crecimiento económico en Colombia.
“Para establecer los parámetros de esta iniciativa, el Banco de Desarrollo Empresarial y Comercio Exterior (Bancóldex) asumió el rol de brazo ejecutor de la política pública, así como articulador entre el Ejecutivo nacional y el sector empresarial. Asimismo, la iniciativa contó con el respaldo técnico del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)”, dijo la consultora.
Precisamente, un informe de Bancóldex reveló que, hasta agosto de 2021, el saldo de la cartera de los bonos naranja de Colombia ascendía a $404.317 millones. De este monto, el 60 % se ha destinado a financiar a microempresas, 38 % a pymes y 2 % a grandes empresas.
“El estudio también señaló que, entre agosto de 2020 y julio de 2021, las empresas de este sector lograron un aumento de sus exportaciones en un 35 %, en promedio, frente al mismo período anterior”, destacó Deloitte.
En ese contexto, las principales actividades que recibieron recursos (83 %) están relacionadas con la fabricación de calzado de cuero, desarrollo de sistemas, actividades de impresión, publicidad, alojamiento de hoteles, comercio al por menor de libros, arquitectura e ingeniería, tejeduría de productos textiles y confección de prendas de vestir.
Estos resultados llevaron a que Colombia fuera catalogada por el BID como el segundo país que más promueve el desarrollo de la economía naranja en América Latina, después de México.
Para Deloitte, “estos aprendizajes invitan a buscar instrumentos integrados y consistentes que movilicen los cimientos de este tipo de economía en América Latina, así como a la creación de un Fondo Latinoamericano para la Industria Creativa, que promueva alianzas, finanzas y, en definitiva, el crecimiento y desarrollo de este sector en la región”.