En su debut oficial con el Deportes Tolima, el técnico Lucas González analizó la caída 3-2 ante Deportivo Pasto, atribuyendo parte del resultado a los escasos nueve días de entrenamiento. Sin embargo, no dudó en señalar las falencias del equipo, especialmente la falta de compromiso defensivo y una crucial desconcentración en la jugada del gol definitivo, enviando un claro mensaje a su plantilla sobre la necesidad de corregir errores puntuales y mantener el enfoque durante todo el partido para poder desarrollar la idea de juego que busca implementar.
El inicio de una nueva era para el Deportes Tolima, marcada por la llegada del estratega bogotano Lucas González, tuvo un amargo comienzo este fin de semana. La ilusión de la afición ‘Pijao’ se enfrentó a un duro golpe de realidad en la primera jornada de la Liga BetPlay, donde el equipo visitó al Deportivo Pasto en el estadio Departamental Libertad. A pesar de las altas expectativas generadas por la nueva propuesta futbolística, el conjunto de Ibagué no logró plasmar su superioridad en el marcador y terminó cediendo los tres puntos en un partido que dejó más dudas que certezas en el arranque del semestre.
El encuentro, disputado en la siempre complicada altura de Pasto, finalizó con un marcador de 3-2 a favor del equipo local, en un partido lleno de emociones y volteretas. Aunque el Deportes Tolima mostró capacidad de reacción, logrando igualar el marcador parcialmente, una falla en los minutos finales sentenció su destino. Este resultado representa un debut con derrota para Lucas González, quien reemplazó en el banquillo al español Ismael Rescalvo y ahora enfrenta el reto de ajustar las piezas rápidamente para enderezar el camino del equipo en la búsqueda de la anhelada cuarta estrella.
Al término del compromiso, el director técnico no tardó en ofrecer su análisis, donde la principal excusa fue el limitado tiempo de preparación. “La dificultad de una pretemporada tan cortita con solo nueve días de entrenamientos es un factor clave”, explicó González. Subrayó que la falta de partidos amistosos le impidió evaluar adecuadamente a los jugadores y probar variantes tácticas antes del inicio de la competencia oficial. Esta situación, según el estratega, obliga al cuerpo técnico a realizar evaluaciones y correcciones sobre la marcha, en los primeros partidos del campeonato, lo cual representa un desafío adicional.
Más allá de las excusas, González fue autocrítico y señaló fallas específicas en el rendimiento de su equipo. El entrenador identificó serias falencias en el juego sin pelota, un aspecto fundamental para mantener el equilibrio defensivo. Sintió que al equipo le faltó agresividad y orden táctico para recuperar el balón y cerrar espacios, lo que permitió al Deportivo Pasto generar peligro con demasiada facilidad. Estas carencias defensivas se hicieron evidentes en varios pasajes del partido y son un punto que el técnico prometió corregir de manera inmediata en las próximas sesiones de entrenamiento.
El regaño más contundente del estratega fue dirigido a la actitud de sus jugadores en la jugada que definió el partido. Lucas González lamentó la falta de compromiso y la desconcentración de su plantilla en el último gol del Pasto. Criticó duramente que el equipo se distrajera protestándole una decisión al árbitro en lugar de mantenerse enfocado en la acción de juego. “A los jugadores se les conoce en la competencia”, afirmó, dejando entrever su decepción por la ingenuidad de sus dirigidos en un momento tan crucial del encuentro, un error que les costó, como mínimo, un punto valioso en su visita a Pasto.
Este llamado de atención busca sentar un precedente claro dentro del vestuario del Deportes Tolima. González dejó un mensaje directo a su grupo: la necesidad de madurar y entender que el juego no se detiene por las decisiones arbitrales. La protesta al juez es una pérdida de energía y enfoque que los rivales de jerarquía saben aprovechar. Por ello, exigirá a su plantilla una mayor inteligencia emocional y profesionalismo para sobreponerse a las adversidades del juego y mantener la concentración hasta el pitazo final, un aspecto no negociable en su filosofía de trabajo.
La derrota también puso en el centro del debate algunas decisiones del técnico, como la de hacer debutar a un portero en un partido tan complejo, lo que fue calificado por algunos como una improvisación. Sin embargo, esta determinación se alinea con su discurso de necesitar la competencia para evaluar realmente a cada miembro de la plantilla. González parece dispuesto a asumir riesgos en estas primeras fechas para conocer a fondo el material humano con el que cuenta y definir así su once tipo de cara a los desafíos más importantes que se avecinan en el campeonato.
A pesar del tropiezo inicial, el técnico bogotano se mantiene firme en su propuesta y su visión a largo plazo. “Queremos tener la pelota en campo contrario y vamos por ese camino”, sentenció, reafirmando su compromiso con un estilo de juego ofensivo y de posesión. Aunque reconoció que “faltó tiempo”, dejó claro que no renunciará a su idea. El camino apenas comienza y, si bien el primer paso fue en falso, la era de Lucas González en el Tolima promete trabajo arduo y la búsqueda incesante de un fútbol protagonista que vuelva a ilusionar a su hinchada.
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