La alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda, y la gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz, reaccionaron con preocupación ante la posible crisis diplomática y económica que enfrenta Colombia por las tensiones con Estados Unidos, tras la decisión del presidente Donald Trump de imponer un arancel del 25 % a los productos colombianos.
La medida surge en respuesta al rechazo del presidente Gustavo Petro de recibir vuelos con población deportada desde Estados Unidos, lo que ha generado tensiones que ahora amenazan la economía colombiana. La gobernadora Matiz calificó esta situación como una “amenaza directa” para la estabilidad del país.
“Es indignante que se ponga en riesgo la economía nacional por decisiones que buscan confrontar más que construir. Si estos aranceles se aplican, muchos pequeños y medianos empresarios colombianos no podrán competir y terminarán cerrando sus negocios”, afirmó Matiz, destacando que productos clave como café, flores, textiles y frutas serán los más afectados.
Por su parte, la alcaldesa Johana Aranda hizo un llamado urgente al diálogo entre ambos gobiernos. “Esta es una situación muy delicada. Rogamos que se restablezca el mutuo acuerdo para evitar consecuencias devastadoras en el comercio bilateral, que genera más de $13.000 millones de dólares en exportaciones y empleos esenciales para millones de colombianos”, manifestó.
Ambas mandatarias coincidieron en que la crisis arancelaria tendría un impacto directo en el Tolima, una región altamente dependiente del mercado estadounidense. Según Matiz, Estados Unidos representa el principal destino para las exportaciones tolimenses, cuya reducción afectaría no solo a los empresarios, sino a cientos de familias que dependen de estas actividades económicas.
La gobernadora también advirtió sobre las consecuencias más amplias para la economía nacional. “Menos exportaciones significan más desempleo, un peso aún más devaluado y un país sumido en una crisis inflacionaria. Este es el costo de la ‘dignidad’ que defiende el presidente Petro”, agregó.
En este contexto, las líderes regionales reiteraron la necesidad de priorizar el diálogo y la diplomacia como herramientas para evitar que las relaciones entre ambos países lleguen a un punto de quiebre. El panorama actual resalta la importancia de la interdependencia económica entre Colombia y Estados Unidos, donde decisiones unilaterales pueden desencadenar graves consecuencias para millones de ciudadanos en ambos países.