Tras un proceso de construcción que se extendió por ocho años, marcado por sobrecostos y desafíos en términos de calidad, la atención ahora se centra en cómo se preservarán estos espacios para el disfrute de la comunidad y las generaciones venideras.
El abogado Julián Rodríguez, aspirante al Concejo de Ibagué y representante de la veeduría “Más Tolima”, ha alzado la voz en torno a lo que considera una carencia alarmante de un plan definido para el mantenimiento de estos escenarios. Aunque el Instituto Municipal para el Deporte y la Recreación de Ibagué (IMDRI) está a cargo de esta tarea, Rodríguez argumenta que la institución carece de los recursos necesarios, tanto en términos de personal como presupuesto, para llevar a cabo esta responsabilidad de manera adecuada.
La inversión sustancial destinada a la construcción de estos escenarios deportivos, sumada a los esfuerzos y supervisión por parte de la comunidad durante todo el proceso, hace que la necesidad de un mantenimiento efectivo sea aún más apremiante. “La preocupación más grande radica en que después de tantos esfuerzos, tanto seguimiento, tanta vigilancia para que estos escenarios se concluyeran, especialmente dada la suma de dinero invertida, ahora podría suceder que en poco tiempo se deterioren debido a la incapacidad de la administración para establecer un mecanismo sólido de mantenimiento”, advierte Rodríguez.
La veeduría “VAPI”, que también ha estado siguiendo de cerca el progreso de los escenarios deportivos, ha resaltado recientemente el problema del vandalismo y los robos en el Parque Deportivo. La ausencia de supervisión y vigilancia efectiva ha permitido que los vándalos ingresen y causen daños sin restricciones, lo que intensifica las preocupaciones sobre el futuro de estos espacios de valor.
La inversión total en los seis escenarios ya en funcionamiento y las obras de urbanismo en el Parque Deportivo supera los 150 mil millones de pesos, con fondos provenientes de diversas fuentes, incluyendo recursos de la Nación. Entre estos escenarios se encuentran el coliseo mayor, el complejo de raquetas, el patinódromo, la pista de bicicross, el estadio de atletismo y el estadio alterno de fútbol.
A medida que los nuevos escenarios deportivos se incorporan a la vida de la ciudad, la incertidumbre en torno a su mantenimiento y cuidado emerge como un tema crítico. Las autoridades locales y las entidades pertinentes deben abordar este desafío con seriedad para asegurar que las inversiones realizadas en estos espacios tengan un impacto duradero y sigan siendo un recurso valioso para la comunidad ibaguereña.