La alcaldesa Johana Aranda aceptó la renuncia de Aquileo Medina al frente del Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP) tras denuncias por retrasos en la semaforización y repavimentación, y diferencias políticas con sectores vinculados a Andrés Hurtado.
La Alcaldesa de Ibagué, Johana Ximena Aranda, aceptó este jueves la renuncia de Aquileo Medina como gerente del Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP). Su salida ocurre en un contexto de crecientes críticas ciudadanas por los retrasos en obras de semaforización y el lento avance de la repavimentación de la carrera Quinta, dos de los proyectos más visibles de movilidad en la ciudad.
Durante el último año, Medina enfrentó cuestionamientos por su gestión técnica y política. Comerciantes, vecinos y usuarios han denunciado la falta de fluidez en los procesos de contratación, la demora en la ejecución de obras esenciales y la percepción de poca transparencia. Estos reclamos crecieron hasta presionar su salida.
El caso de la semaforización ha sido uno de los más polémicos. El contratista del proceso ha sido señalado por fallas en la sincronización, atrasos y falta de señalización adecuada. Mientras tanto, la repavimentación de la carrera Quinta, zona clave del SETP, ha acumulado demoras que han generado molestias por los daños en la vía y el tráfico irregular.
Pero no todo ha sido técnico: también han emergido tensiones políticas. Medina llegó al cargo siendo identificado con el sector de Andrés Hurtado, y diversos medios han señalado que sus nombramientos de contratistas de El Espinal le generaron cercanía con ese grupo político, lo que le pasó factura tras cambios en alianzas dentro de la administración.
En medios locales se reportó que Medina intentó evitar su salida apelando a problemas de salud o alegando que su retiro afectaría su pensión, pero los reclamos públicos marcaron un punto de quiebre.
Con la aceptación de la renuncia, la Alcaldía deberá definir quién asumirá la gerencia interina del SETP. El nuevo gerente deberá afrontar la presión por retomar el ritmo de los proyectos retrasados, ganarse nuevamente la confianza ciudadana y mostrar avances concretos en obras que ya se han convertido en símbolo de la percepción de lentitud.
La salida de Medina también abre un debate sobre el manejo institucional del SETP en lo referente al control político de contratos, la planificación y la ejecución técnica de obras públicas. Varios sectores aseguran que las demoras en la infraestructura de transporte han afectado directamente la movilidad, seguridad vial y economía local de comerciantes del área de influencia de los corredores viales más usados.
Finalmente, la administración de Johana Aranda enfrenta el reto de estabilizar la dirección del SETP y demostrar que los cambios administrativos se traducen en mejoras palpables para los ciudadanos. El próximo gerente tendrá como prioridades visibles retomar la semaforización, concluir la repavimentación de la Quinta y cumplir con los cronogramas prometidos para evitar que nuevas demoras golpeen la credibilidad institucional.





