Guillermo Alfonso Jaramillo defendió su exabrupto durante un acto en Puerto Gaitán, señalando que el país debería enfocarse en el contexto y no en sus palabras; gobernadora del Meta y ciudadanía rechazan su comportamiento.
El ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, se defendió tras el escándalo provocado por un insulto que dirigió a una funcionaria durante una visita oficial a Puerto Gaitán, Meta. Lejos de ofrecer disculpas, Jaramillo pidió analizar el contexto de su intervención, más allá de la palabra utilizada.
Durante un discurso en Ibagué, el ministro expresó su inconformidad ante las críticas: “Lo más berraco de todo es que lo juzgan a uno por la palabra y no por lo que uno está defendiendo: el dolor y el sufrimiento de la gente”, afirmó, en referencia al incidente que rápidamente se viralizó en redes sociales.
En sus declaraciones, Jaramillo insistió en que su exabrupto no estuvo dirigido directamente contra la funcionaria. Argumentó que su molestia surgió al escuchar cómo se abordaba la situación crítica de los hospitales locales, los cuales, según él, deben ser resolutivos y no simples centros de remisión.
El hecho fue ampliamente difundido por medios nacionales y regionales, generando una ola de críticas hacia el ministro. Reportero de los Hechos confirmó que Jaramillo habría utilizado un tono intimidatorio y palabras ofensivas contra la gerente de la ESE de Puerto Gaitán, María del Carmen Rodríguez.
La gobernadora del Meta, Rafaela Cortés, fue una de las primeras autoridades en pronunciarse. A través de un mensaje en la red social X, rechazó el comportamiento del ministro, calificándolo como un abuso de su posición de poder y un acto injustificable en un territorio recientemente golpeado por la violencia.
Cortés lamentó la doble actitud del ministro, quien, según ella, en privado felicita al personal de salud y en público lanza graves acusaciones de corrupción sin respaldo probatorio. Además, lo instó a actuar conforme a la ley si posee evidencias de irregularidades.
La gobernadora fue enfática al exigir respeto hacia las mujeres, subrayando que ninguna circunstancia justifica insultos o actos intimidatorios. “Especialmente en un país donde seguimos luchando contra la violencia de género, este tipo de comportamientos son inadmisibles”, agregó.
La controversia también abrió un debate nacional sobre el abuso de autoridad y el respeto hacia los funcionarios públicos, en especial hacia las mujeres, reavivando demandas de mayor responsabilidad y respeto en el ejercicio del poder.
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La funcionaria afectada, María del Carmen Rodríguez, ha recibido mensajes de solidaridad por parte de organizaciones sociales y la ciudadanía en general, mientras que el video del incidente sigue circulando como evidencia del altercado.
Hasta el momento, el ministro Jaramillo no ha emitido una disculpa formal, manteniendo su postura de que el país debe centrarse en el contexto social y no en su lenguaje, en medio de una crisis sanitaria que exige soluciones urgentes y respeto por los derechos humanos.