A pesar de la negativa de la Secretaría de Movilidad, cientos de motociclistas participaron en una rodada nocturna por diferentes sectores de Ibagué durante la noche del 30 de octubre. Los organizadores y colectivos moteros afirmaron que fue una de las más grandes del país.
Pese a la restricción impuesta por las autoridades locales, Ibagué fue escenario de una masiva caravana de motociclistas que se tomó las principales vías de la ciudad en la noche del jueves 30 de octubre con motivo de la celebración de Halloween.
De acuerdo con videos difundidos en redes sociales, la rodada contó con la participación de centenares de conductores, tanto locales como visitantes, quienes recorrieron varios puntos de la capital tolimense con luces, disfraces y banderas, desafiando la medida de prohibición emitida por la Secretaría de Movilidad.
Los motociclistas partieron desde la glorieta de Mirolindo, continuaron por la vía al aeropuerto Perales y avanzaron sobre la carrera Quinta hasta llegar al centro de la ciudad, donde se observó una fuerte congestión vehicular y aglomeraciones durante varias horas.
El evento no contaba con autorización oficial, pues días antes el secretario de Movilidad, Ricardo Fabián Rodríguez, había reiterado públicamente que no se otorgaron permisos ni acompañamiento institucional para este tipo de concentraciones masivas por motivos de seguridad vial y orden público.
Sin embargo, colectivos moteros afirmaron a través de sus redes sociales que la rodada fue una de las más grandes realizadas en el país durante esta festividad, destacando el carácter “cultural y recreativo” del encuentro y señalando que se desarrolló, según ellos, de manera pacífica.
Las autoridades, por su parte, señalaron que se mantiene el monitoreo de los hechos ocurridos durante la jornada y que se espera la entrega de un parte oficial por parte de la Secretaría de Movilidad y la Policía Metropolitana de Ibagué sobre el balance final de la actividad.
Testigos reportaron que, aunque hubo momentos de congestión y maniobras riesgosas, la mayoría de los participantes acataron las normas de tránsito y no se registraron enfrentamientos ni disturbios durante la noche.
El hecho ha reavivado el debate sobre la regulación de este tipo de eventos moteros en la ciudad, los cuales se han convertido en una tradición en fechas especiales, pero que a menudo enfrentan restricciones por razones de seguridad y control vehicular.











