Una mujer sufrió un trauma craneoencefálico luego de una intempestiva partida de una buseta en la avenida 27 con carrera Quinta de Ibagué. Las autoridades investigan al conductor y la empresa por posible negligencia en la prestación del servicio.
Una aparente falla en la operación de una buseta en Ibagué dejó a una pasajera con graves heridas el pasado sábado en la avenida 27 con carrera Quinta. La mujer, identificada como Sandra Liliana Ramírez Oliveros, sufrió un fuerte trauma craneoencefálico después de que el vehículo arrancara antes de tiempo mientras ella intentaba abordar.
Testigos relataron que la buseta se había detenido y la puerta estaba abierta. Al intentar subirse, el conductor aceleró bruscamente —según versiones— provocando que la mujer perdiera el equilibrio y cayera violentamente al pavimento. El impacto fue tal que quedó inconsciente en el sitio.
Los organismos de socorro acudieron de inmediato tras el llamado de emergencia. A su llegada, la víctima presentaba desorientación, mareo y signos de vómito, por lo que fue trasladada con urgencia a la Clínica Asotrauma. Allí le diagnosticaron un derrame cerebral y fue internada en la Unidad de Cuidados Intensivos.
La gravedad del accidente puso en alerta a las autoridades y a los sectores de control del transporte público. Según la normativa que regula el servicio de transporte colectivo automotor de pasajeros, los usuarios tienen derecho a un servicio seguro y responsable; cuando se vulnera este deber, el transportador puede ser responsable de las consecuencias.
En ese sentido, la víctima o sus familiares podrán acceder a atención médica a través del seguro obligatorio asociado al vehículo, y además exigir una indemnización por los daños sufridos, tal como lo contempla la regulación para accidentes en transporte público.
Desde la Secretaría de Tránsito local se informó que se abrirá una investigación para establecer responsabilidades, que incluya revisión de cámaras, testimonios y controles técnicos al vehículo. La empresa operadora de la buseta deberá responder por presunta negligencia si se comprueba que no respetó las normas de seguridad en la movilización de pasajeros.
Mientras tanto, la comunidad que vive o transita por la zona exige controles más estrictos y sanciones en casos de mala prestación del servicio, para evitar que hechos similares se repitan. Usuarios han advertido sobre múltiples quejas previas por paradas intempestivas, falta de respeto de rutas y maniobras peligrosas.
La familia de la víctima solicitó a las autoridades competencia y celeridad en el caso, manifestando su preocupación por la salud de Sandra Liliana, quien permanece en condición grave. A su vez, pidieron que se revise la operación de la ruta, la capacitación de los conductores y la revisión técnica de los vehículos.
Este incidente revive la urgencia de fortalecer la supervisión del transporte público en Ibagué, garantizando seguridad y respeto por los derechos de los pasajeros, especialmente en contextos urbanos con alta movilidad.









