Murillo, un encantador municipio en las faldas del Nevado del Ruiz, ha sido elegido como el pueblo más bonito del Tolima por las inteligencias artificiales de ChatGPT y Google. Su riqueza paisajística, arquitectura colonial y oferta cultural lo convierten en un destino único en la región.
Conocido como la “Perla del Norte Tolimense”, Murillo sorprende a los visitantes con sus coloridas casas de bahareque y su clima frío característico. Como el municipio más alto del Tolima, brinda vistas espectaculares de los páramos y el imponente Nevado del Ruiz, siendo además la puerta de entrada al Parque Nacional Natural Los Nevados.
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El encanto de Murillo no se limita a sus paisajes. Sus aguas termales, famosas por sus propiedades curativas, atraen a turistas en busca de relajación. Entre las opciones más destacadas están La Cabaña, La Campanita y La Yuca. Además, las termales de El Sifón, ubicadas en la zona amortiguadora del Parque, ofrecen experiencias únicas en el ecosistema de páramo, a una altura aproximada de 4.000 metros sobre el nivel del mar.
La arquitectura colonial de su casco urbano conserva la esencia de épocas pasadas, mientras que su oferta cultural refleja la riqueza de las tradiciones locales. Este ambiente tranquilo y auténtico hace de Murillo un lugar ideal para quienes buscan desconexión y contacto con la naturaleza.
Entre sus atractivos más destacados están la Laguna del Escondite, un apacible cuerpo de agua rodeado de páramos; la Cascada de La Planta, un espectáculo natural que fascina a los visitantes, y el Parque Nacional Natural Los Nevados, donde se pueden realizar actividades como senderismo, camping y observación de aves.
Agencias turísticas ofrecen pasadías que incluyen caminatas guiadas por el páramo, avistamiento de fauna y flora, y visitas a las termales. Estos planes, que rondan los 150.000 pesos colombianos, son ideales para quienes buscan experiencias completas en este destino.
Si bien otros municipios como Honda o Ibagué tienen su propio atractivo, Murillo sobresale por su combinación de naturaleza, cultura y tranquilidad. Es, sin duda, un tesoro del norte tolimense que merece ser explorado.