El volcán registró entre el 2 y el 8 de septiembre un aumento en la sismicidad y en la expulsión de material, manteniendo en alerta a autoridades y comunidades cercanas. Aunque se mantiene en nivel Amarillo, expertos advierten que la actividad podría escalar.
Durante la primera semana de septiembre, el Nevado del Ruiz volvió a encender las alarmas en el centro del país al presentar un incremento en su actividad sísmica y en las emisiones de ceniza. Este comportamiento, registrado entre el 2 y el 8 de septiembre, mantiene en vilo tanto a las autoridades como a las comunidades asentadas en las zonas aledañas. El Servicio Geológico Colombiano (SGC) confirmó que los movimientos telúricos fueron más frecuentes y con mayor energía liberada de lo habitual.
Los sismos estuvieron principalmente asociados al fracturamiento de roca dentro del edificio volcánico. La mayoría de los eventos se localizaron en el flanco noroccidental del macizo, a una distancia aproximada de entre 3 y 4 kilómetros del cráter Arenas. Este patrón muestra la concentración de fuerzas internas que han venido presionando la estructura geológica del volcán.
El episodio más fuerte se produjo el viernes 5 de septiembre a las 6:31 de la mañana, con un sismo de magnitud 1,6 a una profundidad cercana a los cinco kilómetros. De acuerdo con los reportes del SGC, tanto ese día como el 6 de septiembre se presentó la mayor concentración de movimientos sísmicos de la semana, lo que evidencia la intensificación de la dinámica interna.
Al mismo tiempo, las cámaras de monitoreo y los reportes de los guardaparques del Parque Nacional Natural Los Nevados confirmaron que la actividad de fluidos también aumentó. Se registraron varias emisiones pulsátiles de ceniza, algunas acompañadas de cambios en la temperatura del material expulsado, lo que refleja la inestabilidad del sistema volcánico.
En la mayoría de los casos, las columnas de gases y ceniza alcanzaron alturas inferiores a 500 metros; sin embargo, el evento más relevante se presentó el lunes 8 de septiembre a las 6:24 de la tarde, cuando la dispersión de ceniza llegó a 1.100 metros sobre la cima del volcán. Este hecho llamó la atención de expertos y habitantes de las zonas circundantes.
La ceniza se desplazó principalmente hacia los flancos noroccidental y occidental, con caída confirmada en sectores como Arenales, Valle de las Tumbas y La Olleta, dentro del Parque Nacional Natural Los Nevados. Estos episodios no solo afectan la visibilidad y la calidad del aire, sino que también generan impactos en los ecosistemas de alta montaña.
El Nevado del Ruiz lleva más de una década en proceso eruptivo con erupciones menores que, aunque no han representado un riesgo inmediato para la población, mantienen al volcán bajo constante vigilancia. Actualmente se encuentra en Alerta Amarilla, pero el SGC insistió en que este estatus indica inestabilidad y que la actividad podría aumentar sin previo aviso.
Las autoridades nacionales y regionales han reiterado la necesidad de que las comunidades cercanas permanezcan informadas únicamente a través de los boletines oficiales. Asimismo, invitan a no difundir rumores que puedan generar pánico y a atender las recomendaciones de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), la cual mantiene activos sus planes de contingencia.