Omar Mejía Patiño, rector de la Universidad del Tolima, anunció su retiro temporal del cargo en un comunicado cargado de emociones, sin aclarar el motivo de fondo: una denuncia que él asegura desconocer. El Consejo Superior aún no decide si acepta la solicitud, mientras crece el silencio institucional frente a posibles hechos de violencia de género.
El rector de la Universidad del Tolima, Omar Mejía Patiño, solicitó su retiro temporal del cargo este lunes 13 de mayo, a través de un comunicado dirigido a la comunidad universitaria. Aunque se presenta como una decisión voluntaria y ética, el mensaje deja múltiples interrogantes abiertos sobre las razones reales que la motivan.
Mejía aseguró que su decisión está guiada por la transparencia, la integridad y el respeto por lo público, valores que afirma haber defendido durante su gestión. Sin embargo, en el mismo comunicado reconoce que enfrenta señalamientos por hechos que dice desconocer y por los cuales nunca había sido acusado.
A pesar de esa declaración de inocencia, el rector optó por apartarse del cargo mediante una figura administrativa, con el objetivo, según dice, de dar garantías para que las autoridades competentes puedan adelantar las investigaciones necesarias. Lo que no aclara es cuál es el contenido de la denuncia, ni quién o quiénes son los denunciantes.
En el texto, el rector se refiere brevemente al Protocolo de Atención a las Violencias Basadas en Género y a la Política de Género de la Universidad, dos asuntos que han sido objeto de múltiples críticas por su falta de implementación efectiva. Su mención genera suspicacias: ¿está el presunto escándalo relacionado con este tema?
Por ahora, no hay un pronunciamiento oficial de la Universidad del Tolima sobre la denuncia ni tampoco claridad sobre el procedimiento en curso. El Consejo Superior Universitario deberá reunirse este jueves en Ibagué para decidir si acepta o no la solicitud de retiro presentada por Mejía Patiño.
El comunicado apela a una narrativa emocional, en la que el rector se presenta como víctima de una situación que afecta su salud y la de su familia. Reafirma que su prioridad es proteger a sus seres queridos, evitando que carguen con las consecuencias de lo que él considera una acusación injusta.
Sin embargo, en un contexto donde la Universidad del Tolima ha sido escenario de múltiples denuncias por acoso, clientelismo y violencias basadas en género, el comunicado resulta insuficiente. El silencio institucional, sumado a la falta de transparencia, genera inquietud entre estudiantes, docentes y trabajadores.
Este lunes, más de 370 personas asistieron a una audiencia pública en el Auditorio de Música, reflejo del creciente interés de la comunidad por conocer la verdad y exigir respuestas. La expectativa se mantiene sobre las decisiones que tomará el Consejo Superior, pero también sobre la voluntad institucional de romper con la cultura del silencio.