Usuarios reportan esperas de más de cuatro horas y reclaman la eliminación del sistema de pico y cédula en MarcazSalud. Autoridades locales y nacionales son llamadas a intervenir ante la vulneración del derecho a la salud.
Una ola de quejas ciudadanas se ha desatado contra la entidad MarcazSalud, donde pacientes aseguran vivir un verdadero “calvario” para reclamar sus medicamentos. Según los testimonios, las esperas se prolongan por más de cuatro horas y, en muchos casos, los usuarios terminan abandonando la fila sin lograr acceder a sus tratamientos.
El sistema de pico y cédula impuesto por la entidad, lejos de agilizar la atención, se ha convertido en un obstáculo adicional, limitando el acceso de quienes requieren medicamentos de manera prioritaria. “Llegué a las 10:00 a. m. con el turno B43 y a las 2:00 p. m. aún no había sido atendido. Nadie nos dice cuánto falta ni qué pasa con los turnos”, denunció un usuario inconforme.
Otro caso que generó indignación fue el de una ciudadana que, pese a recibir un turno prioritario, terminó comprando los medicamentos en una droguería particular porque su acompañante no podía esperar más. “Me tocó gastar dinero que no tenía y, al final, le regalé mi turno a otra señora. Es inhumano lo que estamos viviendo”, expresó.
Los testimonios también señalan irregularidades en el manejo de los turnos, que avanzan de forma lenta y desordenada, sin ofrecer claridad sobre los tiempos de espera. Esto ha generado frustración en pacientes con enfermedades crónicas y en adultos mayores que dependen de un suministro constante para su tratamiento.
Ante el silencio de MarcazSalud, los usuarios han pedido la intervención de la Alcaldía de Ibagué, la Secretaría de Salud y la Superintendencia Nacional de Salud. Los afectados insisten en que se garantice una atención digna, ágil y transparente, que no obligue a los pacientes a pasar horas enteras en una sala de espera.
Organizaciones comunitarias y voceros ciudadanos exigieron la creación de mecanismos alternativos, como la entrega programada, líneas de domicilios o ventanillas exclusivas para pacientes vulnerables. También plantearon la necesidad de controles más estrictos por parte de Famisanar y los entes reguladores, para que la entidad cumpla con los compromisos adquiridos.
La falta de información oficial por parte de MarcazSalud ha generado aún más incertidumbre. Hasta ahora no se conocen medidas concretas para superar la crisis ni un plan que dé respuesta inmediata a los reclamos ciudadanos.
De continuar la situación, los usuarios anunciaron que llevarán sus denuncias a la Supersalud y a los organismos de control. “Somos pacientes, no animales. Merecemos respeto y un servicio digno”, afirmó una de las afectadas, quien hizo un llamado urgente a que se garantice el derecho fundamental a la salud en Ibagué.









