El presidente Gustavo Petro anunció la eliminación de los aranceles a telas y cueros importados para impulsar la industria textil colombiana. Sin embargo, la medida genera preocupación en algunos empresarios por su impacto en las exportaciones y la normativa estadounidense.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, propuso eliminar todos los aranceles a las telas y cueros importados como parte de una estrategia para fortalecer la industria textil del país y reducir los costos de producción. A través de su cuenta en X, Petro explicó que esta decisión busca expandir las confecciones textiles y con cuero, lo que generaría más riqueza, valor agregado y empleo.
Petro subrayó que el objetivo de esta medida es reducir los costos financieros, de energía y de insumos de los fabricantes locales, lo que permitiría a la industria colombiana competir a nivel internacional, especialmente frente a la creciente importación de productos de Asia. “Si la confección colombiana puede reducir estos costos, será una de las grandes exportadoras de Colombia”, afirmó.
La propuesta respondió a un trino del empresario textil Guillermo Elías Criado, quien había denunciado la desventaja de la industria nacional frente a las importaciones, señalando que la producción de hilos en Colombia no cubre ni el 5% de la demanda del sector. Criado alertó que mantener los aranceles a los hilos perpetuaría el rezago competitivo y sacrificaría miles de empleos en la industria.
Sin embargo, la propuesta ha generado preocupación en algunos sectores, como el presidente de Analdex, Javier Díaz, quien advirtió que la eliminación de aranceles a la hilaza podría afectar las exportaciones de confecciones colombianas a Estados Unidos, ya que la normativa de origen de este mercado exige un porcentaje de insumos nacionales. Díaz alertó que esto podría debilitar la base productiva local.
Por otro lado, Juan Camilo Restrepo, exministro de Hacienda, también expresó su preocupación sobre la medida, señalando que podría poner en entredicho las exportaciones de confecciones colombianas a Estados Unidos, debido a la falta de cumplimiento de las normas de origen.
El Ministerio de Comercio, que había propuesto una reducción temporal de aranceles para ciertos insumos textiles, aclaró que la medida se basa en un “desabastecimiento coyuntural” de materias primas como hilos de algodón y fibras sintéticas, y que estaría limitada a un año. Sin embargo, el Ministerio de Agricultura respaldó la reindustrialización, pero planteó la necesidad de controles para evitar la subvaloración de productos importados y proteger la cadena productiva nacional.
La decisión de Petro llega en un contexto en el que las exportaciones de moda cayeron un 7.3% entre enero y noviembre de 2024, lo que genera incertidumbre sobre el futuro de la industria textil en Colombia. A pesar de las críticas, el gobierno insiste en que esta medida es crucial para fomentar el desarrollo y la competitividad del sector.
El sector textil, que agrupa a más de 142,000 micro, pequeñas y medianas empresas, genera 2.5 millones de empleos, según datos del gremio, y es considerado uno de los pilares de la economía popular en Colombia. A pesar de las dificultades, muchos empresarios del sector ven en la propuesta una oportunidad para reactivar la industria y mejorar las condiciones laborales.