El presidente de Colombia, Gustavo Petro, afirmó que la tarifa de aseo es el componente de la canasta familiar que más ha crecido, superando ampliamente la inflación, mientras critica la calidad del servicio a nivel nacional. Acusó a la privatización del sector como una “estafa” y destacó su experiencia en Bogotá, donde un operador público mejoró el servicio y apoyó a los recicladores, medidas que fueron revertidas posteriormente.
El presidente colombiano Gustavo Petro lanzó una fuerte crítica al sistema de gestión de residuos en el país, señalando que la tarifa de aseo se ha convertido en el elemento de la canasta familiar que más ha incrementado sus costos. Según el mandatario, este aumento supera con creces la inflación, afectando directamente el bolsillo de los ciudadanos. Petro no solo cuestionó el alza económica, sino también la calidad del servicio, describiéndolo como deficiente en todo el territorio nacional. Aseguró que la privatización del aseo ha sido un fracaso, calificándola como una “estafa” que ha perjudicado a la población. Sus declaraciones buscan poner el tema en el centro del debate público. Como ejemplo, el presidente citó la experiencia de Bogotá, donde, según él, la privatización del servicio dejó secuelas visibles. Petro afirmó que la capital sufre permanentemente los efectos de una gestión que, durante su mandato como alcalde, logró mejorar en tan solo tres días mediante la intervención estatal. Durante su gobierno en Bogotá, Petro implementó un modelo que incluyó un operador público para competir con las empresas privadas y organizar el reciclaje. Esta medida, según el mandatario, no solo elevó los estándares de aseo en la ciudad, sino que también redujo las tarifas, beneficiando a los ciudadanos. Un aspecto clave de su estrategia fue el apoyo a los recicladores, a quienes se les remuneró por su trabajo, promoviendo un sistema más justo e inclusivo. Petro destacó que esta iniciativa permitió un crecimiento sostenible del reciclaje, integrando a estos trabajadores en la economía formal. Sin embargo, el presidente lamentó que esas políticas fueran anuladas tras su gestión, regresando a un modelo privatizado que, a su juicio, ha demostrado ser ineficaz. Según Petro, la reversión de su plan ha contribuido al deterioro del servicio y al incremento desproporcionado de las tarifas. Petro instó a reconsiderar el rol del Estado en la gestión del aseo, sugiriendo que un operador público podría ser la solución para mejorar la calidad del servicio y controlar los costos. Sus declaraciones abren la puerta a un posible cambio de rumbo en las políticas de residuos en Colombia. Las afirmaciones del presidente han generado reacciones mixtas, con algunos apoyando su visión de un modelo estatal, mientras otros defienden la eficiencia de la iniciativa privada. El tema promete mantenerse en la agenda nacional, especialmente en un contexto de creciente preocupación por los costos de vida.