Un alarmante suceso ha sacudido a la comunidad de la Universidad del Tolima, tras un ataque con sustancia química dirigido contra la profesora Liliana Acosta, directora de Proyección Social y Extensión. El incidente, que tuvo lugar en las instalaciones de la universidad, también afectó a varios funcionarios que se encontraban presentes en el lugar. La profesora Acosta, quien actualmente se encuentra bajo tratamiento médico debido a los daños pulmonares causados por la inhalación de la sustancia, ha sido además objeto de amenazas para que renuncie a su cargo.
El ataque, que generó pánico en el campus, ocurrió cuando individuos no identificados ingresaron a las oficinas de Proyección Social y arrojaron la sustancia, cuyas características aún no han sido especificadas por las autoridades. Este acto de violencia no solo ha afectado la salud de los presentes, sino que ha desatado un clima de inseguridad y desconfianza entre el personal académico y administrativo.
La situación es aún más preocupante debido a las amenazas directas que la profesora Acosta ha recibido, en las cuales se le exige su renuncia. Estas intimidaciones han incrementado el temor dentro de la universidad, especialmente entre quienes trabajan en la misma dependencia. La comunidad educativa teme que la falta de respuesta rápida por parte de las autoridades pueda agravar el ambiente de inseguridad.
Hasta el momento, la universidad no ha emitido un comunicado oficial sobre el ataque ni sobre las medidas que se tomarán para garantizar la seguridad de sus empleados y estudiantes. Sin embargo, varios sectores dentro de la institución han expresado su solidaridad con la profesora Acosta y los funcionarios afectados, exigiendo una investigación exhaustiva y la implementación de medidas de protección.
Este lamentable hecho pone de manifiesto la vulnerabilidad de los funcionarios y el personal académico ante actos de intimidación y violencia dentro del campus universitario. Las autoridades locales, en colaboración con la universidad, han iniciado investigaciones para identificar a los responsables, pero hasta ahora no se han reportado avances significativos.
Por su parte, la comunidad universitaria ha manifestado su rechazo a este tipo de actos y ha exigido que se refuercen las medidas de seguridad en todas las instalaciones del campus. El incidente ha dejado en evidencia la necesidad urgente de políticas más estrictas para garantizar un entorno seguro y libre de violencia para los trabajadores y estudiantes.