En medio del rechazo del CNE al uso del logo del Pacto Histórico, Daniel Quintero decide bajarse de la consulta para definir candidato único de la izquierda, lo que eleva la tensión política hacia el 26 de octubre.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) tomó una decisión que sacude el escenario político: negó por mayoría —7 magistrados en contra y 2 a favor— que el logo del Pacto Histórico aparezca en los tarjetones de la consulta presidencial prevista para el 26 de octubre. Uno de los magistrados que apoyó el rechazo, Álvaro Echeverry, ha sido vinculado con cercanía al presidente Gustavo Petro, mientras que las magistradas Fabiola Márquez y Alba Lucía Velásquez fueron las únicas en avalar la inclusión del emblema.
El fundamento del CNE descansa en que las papeletas solo pueden exhibir los logos de los partidos que respaldan cada precandidato —en este caso, el Polo Democrático, el Partido Comunista y la Unión Patriótica— y no símbolos colectivos. Aunado a esto, el ente regulador señala que Colombia Humana —uno de los promotores del logo conjunto— no ha sido autorizado para integrarse formalmente al Pacto Histórico por investigaciones disciplinarias y incumplimientos estatutarios.
Este fallo pone en aprietos a la Registraduría, que ya había impreso los materiales electorales con el logo del Pacto Histórico, asumiendo su inclusión anticipada. Esa contradicción obliga ahora a decidir si se reimprimen tarjetones o se aplica una medida especial para ajustarlos conforme al fallo del CNE.
En medio de este panorama, Daniel Quintero anunció su retiro de la consulta para seleccionar al candidato único de la izquierda. La decisión, tomada en este contexto de incertidumbre institucional, busca quizá evitar que su figura quede en medio de debates legales o interpretaciones sobre la legitimidad del proceso.
Desde el Pacto Histórico y partidos aliados ya se ha anunciado la presentación de un recurso de reposición, el cual deberá resolverse en los próximos días. Este mecanismo legal podría obligar al CNE a reconsiderar su posición, pero también alarga la tensión política en medio del calendario electoral.
Analistas políticos advierten que la decisión del CNE y la salida de Quintero pueden interpretarse como un desgaste para Gustavo Petro, que ve cómo su coalición enfrenta divisiones internas y desafíos institucionales a pocas semanas de la consulta. Si el conflicto escala, podría obstaculizar su agenda legislativa en el Congreso.
El proceso sigue su curso, pero con múltiples interrogantes por delante. La urgencia de definir cómo será la tarjeta electoral oficial para el 26 de octubre se vuelve prioritaria; los actores involucrados deben acordar una salida normativa y práctica que garantice la legitimidad del proceso interno.