Comerciantes del centro de Ibagué denuncian pérdidas económicas, falta de información y baja actividad en la pavimentación de la carrera Quinta. La obra del SETP entre las calles 10 y 14, que debía durar semanas, mantiene bloqueado el tránsito y paralizado el comercio local.
La intervención de la carrera Quinta de Ibagué, entre las calles 10 y 14, ha generado una ola de inconformidad entre comerciantes del centro, quienes denuncian afectaciones económicas por cuenta de los retrasos y la escasa actividad en la obra de rehabilitación vial a cargo del Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP).
Camilo Daza, comerciante del sector, expresó su frustración con una frase contundente: “Qué mamera de gallo tan canalla”, refiriéndose a la parálisis de la obra que, según él, lleva tres días sin movimiento de maquinaria ni presencia operativa visible. “La obra está quieta y nadie nos dice nada”, agregó.
Manuel Afanador, otro comerciante afectado, señaló que el cierre total de la vía ha paralizado completamente el comercio. “Esperábamos que esto durara una semana, pero ya llevamos más de ocho días y seguimos igual. Nos tienen en el abandono”, afirmó, haciendo un llamado a replantear la ejecución por tramos más cortos, para permitir el paso de vehículos y peatones.
El impacto ha sido especialmente fuerte en la movilidad y logística de los negocios, muchos de los cuales dependen del ingreso de clientes, mercancías y servicios de transporte. Freddy Molina, también comerciante, cuestionó la priorización de la carrera Quinta sobre otras calles en peor estado. “Dañaron la única calle medio buena y dejaron las otras, que están destruidas. ¿Quién responde por esto?”, reclamó.
A la incertidumbre por los retrasos, se suma la falta de claridad en los tiempos de ejecución. David Araujo, barbero de la zona, denunció una caída en el número de clientes, contaminación por polvo y ruido, y ausencia de información. “Nos dijeron que en una semana entregaban esto. No han terminado ni el primer tramo y la obra parece abandonada”, expresó.
Los comerciantes también afirman que la socialización del proyecto fue deficiente. Aunque algunos recuerdan visitas de personal que tomaron fotos y aplicaron encuestas, la información sobre la duración de las obras ha sido inconsistente. “Unas dijeron seis meses, otros un mes, y aquí vamos sin avances”, afirmó un habitante.
Uno de los reclamos más frecuentes tiene que ver con la intermitencia en los trabajos. Según los afectados, las labores inician tarde, se interrumpen al mediodía y terminan temprano, lo que retrasa innecesariamente la obra. “Eso es lo que más nos molesta: el ritmo. Si trabajaran todo el día, ya habrían avanzado bastante”, dijo una comerciante.
Desde el SETP, Christian Rivera, vocero del proceso comunicativo, explicó que el proyecto total contempla la pavimentación de 10 kilómetros en ambas calzadas, desde la calle 10 hasta la 58, con una inversión de $37.000 millones. Aclaró que el tramo entre las calles 10 y 15 debería completarse en dos o tres semanas, aunque las condiciones del terreno podrían alterar ese cronograma.