El menor de 17 años, considerado testigo clave en el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, escapó de un centro especializado del ICBF en Bogotá. La Procuraduría calificó la evasión como “inadmisible” y anunció una investigación disciplinaria.
Un menor de 17 años, pieza clave en la investigación del atentado sicarial contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, se fugó del centro de atención especializado del ICBF en Bogotá donde permanecía bajo custodia. El adolescente, quien se había entregado voluntariamente y había comenzado a colaborar con la Fiscalía, escapó en circunstancias que aún están por esclarecerse, generando alarma en las instituciones judiciales y de protección infantil.
La Procuraduría General de la Nación reaccionó con contundencia y calificó como “inadmisible” la evasión del menor. El organismo de control anunció la apertura de una investigación disciplinaria para determinar la responsabilidad de los funcionarios encargados de su custodia y exigió acciones urgentes para dar con su paradero. “Este despacho ha iniciado las indagaciones correspondientes y pide a las autoridades trabajar para proteger la investigación”, se lee en el comunicado oficial.
El adolescente había aportado información valiosa sobre los preparativos del atentado ocurrido el pasado 7 de junio en el barrio Modelia, en el occidente de Bogotá. Según su testimonio, participó en una reunión donde se coordinó la logística del ataque en el que Miguel Uribe resultó gravemente herido. Su colaboración representaba un avance significativo en la investigación judicial, que ahora se ve seriamente comprometida con su fuga.
La Fiscalía considera al joven prófugo como un testigo clave, junto con otro menor de 15 años que habría sido el autor material de los disparos y que actualmente continúa bajo custodia del ICBF. En total, son ocho las personas vinculadas judicialmente al caso, entre ellas Elder José Arteaga, alias El Costeño, presunto coordinador del atentado, quien permanece recluido en el búnker de la Fiscalía bajo estrictas medidas de seguridad.
Los delitos imputados incluyen tentativa de homicidio y concierto para delinquir. Una de las procesadas, Katerine Martínez, alias Gabriela, también ha comenzado a colaborar con la justicia. Sin embargo, la fuga del joven representa un golpe para el avance del caso, al debilitar una de las líneas de investigación que involucraba a estructuras ilegales como la ‘Segunda Marquetalia’.
De hecho, el atentado ha sido vinculado por organismos de inteligencia a esta facción disidente de las FARC, liderada por alias Iván Márquez. La hipótesis sostiene que el ataque habría sido ordenado desde Venezuela, lo que elevaría el caso a una dimensión internacional con implicaciones políticas y de seguridad nacional.
La evasión del menor deja al descubierto graves fallas en el sistema de justicia penal adolescente en Colombia, particularmente en la custodia y protección de menores involucrados en procesos de alto perfil. La opinión pública y sectores políticos han exigido respuestas claras del ICBF y de la Fiscalía sobre cómo fue posible la fuga de un testigo de tal relevancia.
Mientras tanto, el senador Miguel Uribe Turbay continúa en estado delicado en la Clínica Santa Fe, bajo monitoreo constante. Las autoridades han intensificado la búsqueda del adolescente fugado, al tiempo que intentan contener el impacto que este hecho tendrá sobre la credibilidad del proceso judicial y la seguridad de los testigos involucrados.