Vecinos de la calle 10 entre el Terraplén del Centenario y la carrera 4 denuncian fallas en el sistema de semaforización. La falta de mantenimiento y los retrasos del contrato del SETP aumentan la preocupación por la seguridad vial.
La comunidad que reside en inmediaciones de la calle 10, entre el Terraplén del Centenario y la carrera 4 en el centro de Ibagué, denunció el mal estado de los semáforos peatonales del sector. Los dispositivos destinados a regular el paso seguro de los transeúntes se encuentran fuera de servicio, lo que obliga a los ciudadanos a cruzar en medio del flujo vehicular sin protección alguna.
Los semáforos afectados hacen parte del sistema de pare y siga para peatones, pero no están dando señal alguna, dejando a los usuarios sin una guía clara para cruzar de forma segura. Esta falla representa un riesgo constante, especialmente para personas mayores, niños y personas con discapacidad, quienes requieren de mayor seguridad en las vías.
Habitantes y comerciantes de la zona han hecho reiterados llamados a la administración municipal para que se intervenga este punto crítico. Sin embargo, aseguran que no han recibido respuestas ni soluciones efectivas, a pesar de la visibilidad del problema y el alto tránsito vehicular que caracteriza este sector.
La falta de funcionamiento de los semáforos evidencia una problemática mayor: la parálisis del proyecto de modernización de la semaforización en Ibagué. Este proceso, que hace parte del Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP), se encuentra estancado desde hace varios meses sin avances contractuales visibles.
Según una publicación reciente de LAOTRAVERDAD.CO, el proyecto de semaforización y la instalación de paraderos, valorado en más de 16 mil millones de pesos, presenta serios retrasos. La Contraloría Municipal ha advertido un 90% de incumplimiento físico en las obras, lo cual genera dudas sobre la ejecución de los recursos públicos y sobre la capacidad institucional del SETP.
El incumplimiento contractual y las presuntas irregularidades en este proceso han opacado los objetivos iniciales de mejorar la movilidad urbana y la seguridad vial en Ibagué. Lo que prometía ser un avance hacia una ciudad más moderna y segura, hoy se convierte en una fuente de incertidumbre para los ciudadanos.
Los vecinos insisten en que los entes de control deben intervenir de manera urgente. Solicitan que se revisen las condiciones del contrato, se aceleren los procesos de intervención técnica y se garantice el funcionamiento de los semáforos, que resultan esenciales para la convivencia vial en un punto tan concurrido.
Mientras tanto, la falta de señalización y de control semafórico continúa afectando la movilidad del centro de la ciudad y exponiendo a los ibaguereños a accidentes que podrían evitarse con una intervención oportuna. La ciudadanía exige hechos y no excusas.