La alcaldesa Johana Aranda rompió el silencio tras el polémico discurso del gerente de Ibagué Limpia, Milton Restrepo, quien lanzó comentarios ofensivos en un evento público. Aunque la mandataria pidió respeto hacia los concejales, su reacción fue considerada por muchos como insuficiente frente a la gravedad del hecho.
La polémica en Ibagué sigue creciendo tras el discurso del gerente de Ibagué Limpia, Milton Restrepo, quien en medio de una actividad político-empresarial realizó comentarios ofensivos que provocaron rechazo entre concejales y ciudadanos. La alcaldesa Johana Aranda, que se encontraba presente en el evento, fue blanco de críticas por su risa ante lo ocurrido y por la respuesta considerada tibia frente a las declaraciones del funcionario.
El incidente se dio durante una intervención pública en la que Restrepo, conocido por su tono confrontacional, lanzó burlas hacia el Concejo Municipal, desatando indignación entre los asistentes y en redes sociales. Pese a la gravedad de las palabras, la mandataria solo se pronunció días después, expresando su rechazo a cualquier expresión desobligante contra los concejales, aunque sin mencionar directamente el nombre del gerente de Ibagué Limpia.
En su comunicado oficial, la alcaldesa reiteró el compromiso de su gobierno con el respeto institucional y el fortalecimiento de la democracia. “Rechazo cualquier expresión ofensiva o desobligante contra los concejales y reitero que ningún servidor público está autorizado para asumir posturas arrogantes o despectivas”, expresó Aranda, buscando calmar las tensiones con el cabildo municipal.
Sin embargo, la declaración no logró contener la inconformidad política. Diversos sectores calificaron el pronunciamiento como insuficiente y más cercano a una defensa del funcionario que a una sanción ética. Los concejales, por su parte, exigieron la verificación de la idoneidad de Restrepo y la revisión de su permanencia al frente de la empresa Ibagué Limpia, señalando que sus actuaciones comprometen la imagen institucional.
El episodio ha reavivado el debate sobre la gestión y transparencia de la empresa de aseo, que ha sido cuestionada por presuntos retrasos en sus operaciones, falta de claridad en la ejecución presupuestal y el manejo de contratos de recolección. Para algunos líderes, la polémica refleja un problema estructural en la forma como se dirige la entidad y la falta de control político por parte de la administración.
“Esto no se trata solo de un chiste o una broma fuera de lugar, sino de una muestra del irrespeto con el que se está tratando al Concejo y a la ciudadanía”, comentó uno de los cabildantes, quien pidió reactivar el debate de control especial sobre Ibagué Limpia. Otros concejales insistieron en que el caso no debe quedarse en disculpas públicas, sino en decisiones concretas sobre la permanencia del funcionario.
Mientras tanto, en redes sociales, ciudadanos cuestionaron la reacción de la alcaldesa, señalando que la risa y el aplauso inicial ante las palabras del gerente no concuerdan con su posterior llamado al respeto. Muchos interpretaron el gesto como una muestra de complicidad o de debilidad política frente a uno de los miembros más polémicos de su equipo.
En medio del escándalo, quedan abiertas varias preguntas sobre el futuro de la empresa y del propio Restrepo: ¿será removido del cargo tras la presión del Concejo? ¿Qué oculta la falta de control y rendición de cuentas en Ibagué Limpia? ¿La administración dará una respuesta ejemplar o continuará evadiendo las decisiones de fondo? Por ahora, la ciudadanía permanece atenta a una aclaración que parece no llegar.