Con más de 113 casos y 42 muertes confirmadas, el Tolima intensifica controles, vacunación y medidas ambientales para enfrentar un brote que se extiende por zonas templadas.
El departamento del Tolima enfrenta un preocupante repunte de fiebre amarilla. Según el más reciente boletín epidemiológico, se han confirmado 113 casos y 42 muertes desde el inicio del brote, cifras que obligan a las autoridades a extremar vigilancia y acciones preventivas.
Las condiciones climáticas de las zonas templadas de oriente y sur favorecen la proliferación del mosquito vector. “Para que haya un caso se requieren múltiples factores: presencia del vector, reservorios (como primates) y personas susceptibles”, explicó Ricardo Vivas, especialista en epidemiología.
La Secretaría de Salud del Tolima ha activado su plan de control: identificación de vectores, mapeo de focos y reforzamiento de tareas de vigilancia comunitaria. “La prevención es vacunarse; es la medida más segura y forma parte del esquema nacional”, agregó el experto.
Aunque se ha considerado la fumigación en algunas zonas, las autoridades advierten que debe usarse con prudencia para evitar impactos negativos en insectos esenciales, como las abejas. En las zonas urbanas se recomienda solo bajo criterios técnicos exigentes.
El virus se transmite por la picadura de la hembra infectada del mosquito. Si ella se alimenta de un primate o humano ya infectado, puede propagar la enfermedad a otros al volverse transmisora activa.
Desde 2024, el Tolima no registraba casos, lo que llevó a subestimar el riesgo. Ahora, con este brote, la Gobernación ha reforzado la coordinación con municipios afectados y la comunidad para cerrar brechas de cobertura en vacunación.
Hasta la fecha, las zonas rurales concentran la mayoría de casos, destacándose municipios como Ataco, Villarrica, Prado y Cunday. En el análisis reciente, se evidencia que los fallecidos generalmente no habían sido vacunados.
Las autoridades insisten en el llamado urgente: quienes no se han vacunado, acudir lo antes posible a los puntos habilitados. La vacunación, sumada a vigilancia, control de vectores y educación comunitaria, es la vía más eficaz para contener este brote.









