El Colegio del Cuerpo de Cartagena realizó por primera vez en el Museo Panóptico de Ibagué el performance ‘Armero: 40 años, derecho a la memoria’, una acción corporal que reunió a niños, jóvenes y adultos mayores armeritas en un emotivo tributo a las víctimas de la tragedia de 1985. La puesta en escena, respaldada por el Banco de la República y el centro cultural Darío Echandía, integró danza, imágenes históricas y sensibilidad escénica para dignificar la memoria colectiva del pueblo armerita.
Por primera vez en Ibagué, el Colegio del Cuerpo de Cartagena de Indias presentó en el Museo Panóptico la acción corporal ‘Armero: 40 años, derecho a la memoria’, un performance que rindió homenaje a las víctimas de la tragedia ocurrida en 1985. La presentación, cargada de simbolismo y sensibilidad, reunió a niños, jóvenes y adultos mayores descendientes de sobrevivientes, quienes a través del movimiento evocaron la historia y el dolor transformado en resistencia. Este hecho marcó un hito cultural para el Panóptico, consolidándose como un espacio que articula arte, memoria y reflexión social.
El director del Colegio del Cuerpo, Álvaro Restrepo, destacó la importancia de presentarse en un espacio patrimonial como el Museo Panóptico, un lugar que calificó como un escenario recuperado para la cultura y la sensibilidad colectiva. Restrepo expresó que para cualquier artista es un privilegio actuar en un recinto con tanta carga simbólica, especialmente al albergar una obra dedicada a una tragedia que sigue latiendo en la memoria nacional. Sus palabras resonaron entre los asistentes, quienes reconocieron el valor de este tipo de expresiones contemporáneas para reconstruir tejido social.
La puesta en escena fue posible gracias al apoyo económico de la subgerencia cultural del Banco de la República y el centro cultural Darío Echandía, instituciones que permitieron unir el talento de los maestros Álvaro Restrepo y Marie France Delieuvin con el compromiso de más de 30 armeritas. Este grupo intergeneracional, compuesto por niños y adultos mayores, dio vida a una obra que honra a sus ancestros desde la corporalidad, la conexión espiritual y el lenguaje simbólico del cuerpo. El respaldo institucional permitió consolidar un proyecto artístico que trasciende la representación escénica.
Antonio Aragón, curador del Museo Panóptico, destacó que la presentación ofreció una experiencia irrepetible para la ciudad, al integrar danza contemporánea, performance y una ceremonia solemne que invitó a la reflexión. Para Aragón, la propuesta artística rompió los esquemas tradicionales de representación museográfica, permitiendo que los visitantes experimentaran el arte desde una perspectiva más humana y profunda. El público valoró la sensibilidad y el respeto con los que se abordó la memoria de las víctimas.
La obra se construyó a partir de un archivo de 39 fotografías emblemáticas que retratan momentos críticos de la tragedia de Armero, imágenes que a cuatro décadas siguen siendo testimonio del dolor, la pérdida y la resistencia de una comunidad. Estas fotografías, integradas al performance, permitieron conectar la escena con la historia, generando un diálogo entre el pasado y el presente. El montaje convirtió a la memoria en un elemento vivo, capaz de conmover y educar a nuevas generaciones sobre la importancia de no olvidar.
Gustavo Prada Fernández, sobreviviente armerita, calificó el performance como un acto divulgativo único, al considerar que fue construido desde una dimensión espiritual profundamente respetuosa hacia las víctimas. Prada resaltó que se trató de un homenaje que dignifica a quienes “no pidieron desaparecer” y que, sin embargo, encontraron en esta obra un reconocimiento simbólico a su historia. Su testimonio emocionó al público y reafirmó la importancia de fortalecer procesos de memoria desde el arte.
El Museo Panóptico, que durante los últimos años ha fortalecido su vocación como espacio de memoria, cultura y pedagogía, se consolidó una vez más como escenario clave para reflexionar sobre hechos que marcaron al país. La presentación del Colegio del Cuerpo se convirtió en un ejercicio de sanación colectiva que invitó a los asistentes a comprender la magnitud del duelo que aún atraviesan las familias armeritas. La institución reafirmó su compromiso con proyectos que integren historia, comunidad y creación artística.
El performance ‘Armero: 40 años, derecho a la memoria’ cerró su presentación entre aplausos prolongados, abrazos y miradas conmovidas. Para los artistas y participantes, la obra se convirtió en una oportunidad para transformar el dolor en un acto de dignificación y en un llamado a preservar la memoria. El Museo Panóptico destacó que este tipo de eventos fortalecen el vínculo entre arte y sociedad, reafirmando la capacidad del cuerpo como herramienta de resiliencia, expresión y homenaje. Ibagué vivió así una jornada cultural que quedará inscrita en su historia reciente.









