Adrián Simancas, de 24 años, vivió una experiencia única al ser engullido y luego liberado por una ballena jorobada mientras practicaba packrafting en la Bahía Águila, Punta Arenas.
El pasado sábado, Adrián y su padre, Dell Simancas, de 49 años, realizaban una travesía que combinaba trekking y packrafting en las frías aguas del Estrecho de Magallanes. Mientras Dell grababa a su hijo remando, una ballena jorobada emergió inesperadamente con la boca abierta, engullendo al joven.
Según el relato de Dell, tras la inmersión de la ballena, Adrián fue expulsado rápidamente, logrando regresar a la superficie y nadar hacia su bote. Afortunadamente, el joven no sufrió lesiones, gracias en parte al chaleco salvavidas que llevaba puesto.
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Este inusual incidente fue capturado en video por Dell y se ha viralizado en las redes sociales, generando asombro y comentarios sobre la rareza de este tipo de encuentros entre humanos y ballenas.
Las ballenas jorobadas suelen alimentarse abriendo la boca al emerger para tragar grandes cantidades de presas, como plancton y peces pequeños. Los seres humanos no forman parte de su dieta, por lo que se presume que la ballena liberó a Adrián al darse cuenta de su error.
Especialistas en fauna marina destacan la extrema rareza de este tipo de incidentes, comparando las probabilidades a “una en un billón”. Aunque las ballenas jorobadas se encuentran en todos los océanos del mundo, los ataques directos a humanos son prácticamente inexistentes.
Tras el suceso, padre e hijo decidieron no continuar con la travesía y regresar a la orilla en busca de un lugar seguro. A pesar del susto, ambos expresaron su intención de seguir explorando en futuras expediciones, aunque con mayor precaución y manteniendo una distancia prudente de la fauna marina.
Este evento sirve como recordatorio de la importancia de respetar el hábitat natural de las especies marinas y de mantener siempre medidas de seguridad al realizar actividades acuáticas en zonas habitadas por grandes mamíferos.