A través de una denuncia interpuesta ante la Contraloría General de la República, la VAPI ha expresado su profunda preocupación por los recurrentes actos de vandalismo y el preocupante estado de deterioro que aquejan a las instalaciones del parque.
Desde el año 2021, la VAPI ha venido denunciando los constantes robos de alrededor de 20 luminarias empotradas en las áreas cercanas al patinódromo y las canchas de fútbol de grama sintética. A pesar de contar con un contrato de vigilancia que implica un costo mensual aproximado de 80 millones de pesos, la situación parece estar lejos de mejorar. La veeduría califica esta circunstancia como “inconcebible” dada la inversión en seguridad.
La falta de supervisión y vigilancia efectiva ha permitido que vándalos actúen impunemente en las instalaciones deportivas. Esta negligencia ha llevado a la degradación significativa de diversas áreas de construcción en un período relativamente corto. Junto a los robos, la VAPI también ha señalado el deterioro que está afectando a varios escenarios deportivos dentro del parque. La veeduría ha planteado cuestionamientos en torno al rol del Instituto Municipal para el Deporte y la Recreación de Ibagué (IMDRI) y la compañía encargada de la vigilancia.
En su denuncia, la VAPI formula una serie de interrogantes cruciales. Entre ellos, se pregunta acerca de la misión y visión del IMDRI, quiénes deben asumir la responsabilidad por los robos y el vandalismo, y la capacidad de los gerentes del IMDRI para ocupar sus cargos. La veeduría también ha llamado la atención de los organismos de control para que exijan a los contratistas y supervisores de obra cumplir con los estándares y especificaciones técnicas establecidas. Asimismo, resalta la importancia de hacer valer las pólizas de calidad y ejecución de obras a fin de garantizar la integridad estructural de las construcciones.
En este contexto, la VAPI recalca la magnitud de los sobrecostos en el proyecto del Parque Deportivo. Se estima que su costo podría llegar a ser hasta un 200% más elevado de lo originalmente presupuestado en 2015 para los Juegos Deportivos Nacionales. Esta discrepancia plantea serias interrogantes acerca de la supervisión y gestión de costos en proyectos de esta envergadura.
Con esta nueva denuncia de la VAPI y la atención que los órganos de control han puesto sobre la situación, el estado del Parque Deportivo de Ibagué vuelve a estar en el centro de atención pública. Esto ha desatado debates sobre la importancia de una inversión responsable en infraestructura deportiva y la necesidad de una vigilancia rigurosa para salvaguardar su preservación y correcto uso.