La reciente Asamblea Nacional de Juventudes, llevada a cabo en Ibagué del 22 al 24 de noviembre, ha dejado un sabor amargo entre los participantes debido a una serie de fallas logísticas y sanitarias que empañaron el evento. Con la ausencia del presidente Gustavo Petro, prometida previamente, y más de 300 casos de intoxicación alimentaria, el encuentro generó una ola de críticas hacia los organizadores.
Uno de los aspectos más graves fue la intoxicación masiva de los asistentes. Según varios testimonios, los alimentos proporcionados en el Coliseo Mayor estaban en mal estado, lo que ocasionó síntomas como vómitos, fiebre y diarrea. Estiven Pérez, miembro de la Plataforma de Juventud, denunció que varias personas de la delegación de Santander sufrieron complicaciones de salud durante cinco días.
Por su parte, Diana Isabella Arenas, consejera de juventudes, expresó su frustración: “Me mandaron a casa con medicamentos. Aún estoy con suero y muy enferma. Nadie se ha comunicado conmigo para atender mi caso”. Los jóvenes afectados exigieron una respuesta clara por parte de las entidades organizadoras.
A las fallas en los alimentos se sumaron problemas de transporte que afectaron el regreso de los participantes a sus regiones. Conductores de los buses contratados decidieron detener sus servicios debido a retrasos en los pagos, lo que dejó a los jóvenes esperando por más de tres horas. Según el conductor Aleider Amaya Alarcón, los recursos prometidos para cubrir los costos de transporte no fueron entregados a tiempo, generando caos en la logística.
El evento también quedó marcado por la inasistencia del presidente Gustavo Petro, cuya presencia había sido anunciada como uno de los momentos clave de la asamblea. La ausencia presidencial fue interpretada como una falta de compromiso hacia las juventudes, generando descontento entre los participantes.
Frente a la situación, el Ministerio de la Igualdad, liderado por Francia Márquez, admitió las fallas logísticas y señaló que el evento representó un reto significativo al ser el primero de su tipo. Aunque afirmaron haber atendido de manera inmediata los problemas reportados, las acciones emprendidas no lograron calmar la indignación de los afectados.
La Asamblea Nacional de Juventudes, que buscaba ser un espacio para la construcción de políticas públicas inclusivas, terminó generando más cuestionamientos que resultados positivos. Los participantes hicieron un llamado a mejorar la planificación y coordinación de futuros eventos para evitar que se repitan incidentes similares.