La Secretaría de Ambiente y Gestión del Riesgo del Tolima incrementó la vigilancia en la quebrada Guayabal y en los ríos Azufrado y Lagunilla, tras el deslizamiento ocurrido en el cerro Pitayó en Villahermosa. Las autoridades instan a las comunidades a extremar precauciones y seguir únicamente información oficial ante cualquier variación en los caudales.
La Gobernación del Tolima intensificó las labores de monitoreo en los afluentes del norte del departamento luego del movimiento en masa registrado en el cerro Pitayó, en zona rural del municipio de Villahermosa. Este deslizamiento impactó directamente la quebrada Guayabal, generando especial atención por su conexión natural con el río Azufrado y el río Lagunilla, históricamente sensibles a fenómenos de remoción en masa. Las entidades de gestión del riesgo activaron protocolos especiales para vigilar posibles represamientos, avalanchas o cambios súbitos en el comportamiento hídrico. Aunque la situación permanece bajo observación técnica, se mantiene una alerta preventiva debido a la complejidad del terreno.
La secretaria de Ambiente y Gestión del Riesgo del Tolima, Ericka Lozano, explicó que la prioridad institucional es la protección de las comunidades asentadas en sectores ribereños vulnerables. Según indicó, la quebrada Guayabal y los ríos Azufrado y Lagunilla requieren una supervisión constante, debido al riesgo potencial que representa la inestabilidad del cerro Pitayó. Lozano insistió en que cualquier alteración en el flujo o coloración de los afluentes puede ser un indicativo temprano de emergencia. Por ello, pidió a los habitantes mantenerse atentos a los boletines oficiales y evitar acercarse imprudentemente a las zonas de influencia.
Desde el momento en que se reportó el deslizamiento, los sistemas municipal y departamental de gestión del riesgo activaron equipos especializados para instalar puntos de vigilancia. Estos sitios permiten supervisar el comportamiento de los cauces, revisar la estabilidad de las laderas y registrar parámetros en tiempo real. La información recolectada se transmite a los centros de monitoreo para facilitar decisiones rápidas y coordinadas. Lozano destacó que el trabajo articulado entre entidades de emergencia, autoridades locales y organismos de socorro es fundamental para asegurar respuestas oportunas y evitar incidentes mayores.
En el municipio de El Líbano, unidades de Bomberos y de la Cruz Roja intensifican recorridos por las áreas ribereñas donde viven familias expuestas a posibles aumentos del caudal. Estos equipos verifican condiciones del terreno, observan cambios en la velocidad del agua y orientan a los ciudadanos sobre medidas de autoprotección. Durante estas visitas se han identificado zonas críticas donde la pendiente o la sedimentación podrían representar riesgos adicionales. Las entidades coinciden en que la anticipación y la educación preventiva son elementos esenciales para reducir la vulnerabilidad de las comunidades.
Al mismo tiempo, personal del Sistema Departamental de Gestión del Riesgo se desplazó a Villahermosa para reforzar la evaluación técnica de la zona afectada. A esta misión se sumaron cinco unidades especializadas de PONALSAR, encargadas de inspeccionar directamente el área del movimiento en masa. Los expertos analizan la estabilidad del terreno, el flujo actual de la quebrada Guayabal y posibles puntos de obstrucción. Debido a las pendientes pronunciadas y la inestabilidad del suelo, estas labores se adelantan bajo protocolos estrictos de seguridad, lo que permite obtener diagnósticos confiables sin poner en riesgo al personal operativo.
Los organismos de gestión del riesgo reiteraron que la comunidad debe acatar de forma estricta todas las indicaciones de las autoridades. Acercarse a los cauces durante periodos de alerta puede ser extremadamente peligroso, especialmente ante la posibilidad de represamientos o avalanchas súbitas. La Gobernación del Tolima recordó que la prevención sigue siendo la herramienta más efectiva para salvaguardar vidas en zonas donde los fenómenos naturales han causado emergencias históricas. Las recomendaciones incluyen evitar actividades recreativas cerca del agua y reportar cualquier señal de turbiedad, ruido inusual o vibraciones en el terreno.
La administración departamental insistió en que el río Lagunilla es uno de los afluentes con mayor registro de emergencias en el Tolima, por lo que el llamado a la prudencia es aún más riguroso. Los expertos señalaron que cualquier alteración en la quebrada Guayabal puede generar un efecto cascada sobre el sistema hídrico que conecta con el Azufrado y el Lagunilla. Por ello, se realizan mediciones permanentes de caudal, sedimentación y temperatura del agua, además de registros fotográficos que permiten detectar variaciones tempranas. La vigilancia se mantiene activa las 24 horas del día.
Finalmente, la Gobernación del Tolima pidió a las comunidades evitar la difusión de información no verificada que pueda generar confusión o pánico. Las autoridades aseguraron que continuarán presentes en Villahermosa y El Líbano durante toda la fase preventiva, con equipos técnicos, socorristas y personal especializado desplegado en campo. Asimismo, se comprometieron a emitir reportes periódicos mientras las condiciones del terreno se estabilizan. La administración departamental reiteró su llamado a la calma, la prudencia y la atención exclusiva a los canales oficiales para prevenir situaciones de riesgo.
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