El partido de oposición critica la consulta popular propuesta por el Gobierno, pese a que impulsó un mecanismo similar para rechazar las reformas sociales.
Tras el anuncio del presidente Gustavo Petro de convocar una consulta popular sobre las reformas laboral y de salud, sectores del Centro Democrático han expresado fuertes críticas contra la iniciativa, cuestionando su viabilidad, costos y objetivos. Sin embargo, en 2023, el mismo partido promovió una consulta con un propósito similar, pero en sentido contrario: preguntarles a los colombianos si querían rechazar las reformas del Gobierno.
En mayo de 2023, el Centro Democrático inscribió un comité para recoger firmas con el fin de convocar una consulta popular que frenara las reformas de Petro en salud, pensiones y trabajo. Al tratarse de una iniciativa ciudadana, debían reunir 1.991.310 firmas, equivalentes al 5 % del censo electoral. Senadores como Paloma Valencia, Miguel Uribe y Carlos Meissel, junto con representantes como Cristian Garcés y Óscar Villamizar, respaldaron la propuesta.
Villamizar, quien actualmente critica la consulta de Petro por sus costos, fue el coordinador de la recolección de firmas. En su momento, el partido defendió la consulta como un mecanismo legítimo de participación ciudadana para frenar lo que consideraban reformas perjudiciales para el país.
El plazo inicial para entregar las firmas vencía el 10 de noviembre de 2023, pero los promotores solicitaron una prórroga al Consejo Nacional Electoral (CNE), argumentando dificultades en la recolección debido a las elecciones regionales y problemas de movilidad por el orden público. El CNE concedió tres meses adicionales, hasta el 5 de abril de 2024.
A pesar de la extensión del plazo, las firmas nunca fueron entregadas, lo que llevó a la Registraduría a archivar la solicitud de consulta popular. Con esto, el intento del Centro Democrático de frenar las reformas por este mecanismo quedó frustrado.
Ahora, al cuestionar la consulta promovida por Petro, el partido de oposición argumenta que representa un gasto innecesario para el país y que el Gobierno busca evadir el debate legislativo. No obstante, las críticas contrastan con su postura del año pasado, cuando consideraban que la consulta popular era un instrumento válido para la participación democrática.
Este giro en el discurso del Centro Democrático pone de manifiesto las tensiones políticas alrededor de las reformas y el uso de mecanismos de participación directa. Mientras el Gobierno insiste en que el pueblo debe decidir ante el “bloqueo institucional” del Congreso, la oposición sigue rechazando las propuestas del Ejecutivo, pero ahora por otra vía.