En una decisión histórica, la Cámara de Representantes de Colombia aprobó el pasado 28 de mayo el proyecto de ley que prohíbe las corridas de toros en todo el país. La votación final, que resultó en 93 votos a favor y solo 2 en contra, marca un cambio importante en la política de bienestar animal de la nación.
El representante liberal Juan Carlos Losada, uno de los principales defensores de esta iniciativa, expresó su satisfacción y orgullo por el logro: “Colombia le da ejemplo al mundo hoy. Aquí hay un país que dice que ninguna tortura se regula, se prohíbe. Nos volvemos una sociedad menos violenta y más civilizada, hoy damos un salto cuántico en el respeto por la vida”.
Pese a la aprobación, el proyecto enfrentó oposición, principalmente debido a preocupaciones sobre el impacto económico en las familias que dependen del toreo. El representante Alejandro García Ríos abordó estas preocupaciones diciendo: “A los taurinos les decimos que participen de la reconversión, hay oportunidades en este proyecto. A Manizales y Cali, esto es una oportunidad para que estas ciudades y estos espacios subutilizados puedan ser lugares de cultura, arte, deporte y conciertos”.
El proyecto de ley, que ahora pasará a la etapa de conciliación y posteriormente a sanción presidencial, es visto como un avance significativo en la transformación cultural del país. Este enfoque no solo prioriza el bienestar animal, sino que también coloca a Colombia en una posición de liderazgo en términos de derechos de los animales.
El presidente Gustavo Petro, quien ha sido un firme defensor de la prohibición de las corridas de toros desde su tiempo como alcalde de Bogotá, celebró la decisión en sus redes sociales. En su cuenta de X, Petro afirmó: “Felicitaciones a quienes por fin lograron que no sea un espectáculo la muerte. Quienes se divierten con la muerte de animales terminarán divirtiéndose con la muerte de seres humanos; como los que queman libros terminarán quemando seres humanos”.
La noticia ha sido recibida con entusiasmo por los activistas de los derechos animales y gran parte de la sociedad colombiana, que ven en esta ley un reflejo del cambio hacia una cultura más respetuosa y compasiva. La transición hacia la implementación de la ley requerirá esfuerzos conjuntos para apoyar a las comunidades afectadas y reconvertir las plazas de toros en espacios dedicados al arte, la cultura y el deporte.
Las ciudades con fuerte tradición taurina, como Manizales y Cali, estarán en el centro de este proceso de transformación. Estas localidades tendrán la oportunidad de reinventar sus ferias y utilizar sus plazas de toros para actividades que no involucren el maltrato animal.
Con la sanción presidencial a la vista, Colombia se prepara para un cambio significativo en su legislación y en la percepción cultural de los espectáculos que involucran el maltrato animal. Esta ley no solo representa un avance en el bienestar animal, sino también un paso hacia una sociedad más humanitaria y civilizada.