La Contraloría Departamental del Tolima reveló que existen un total de 60 obras abandonadas en el departamento, que van desde simples parques biosaludables hasta megaobras como el distrito de riego del Triángulo del Sur del Tolima.
Estas obras representan una valoración estimada de $1.5 billones comprometidos, excluyendo otras obras relacionadas con el municipio de Ibagué y entidades autónomas, que podrían elevar el número de proyectos abandonados a cerca de 80.
Ante esta situación, la Contraloría ha iniciado un proceso de inventario de estas obras para determinar su competencia en cada caso y así ejercer las acciones de vigilancia correspondientes. Además, se han adelantado procesos de responsabilidad fiscal sobre contratos en varios municipios del departamento, como Armero Guayabal, Ataco, Icononzo, Honda y Anzoátegui, por el incumplimiento en la ejecución de las obras.
Uno de los casos más alarmantes es el del distrito de riego Triángulo del Sur del Tolima, una megaobra que inició en 2005 y aún no ha sido finalizada a pesar de la inversión de $495.167 millones de pesos. Otros proyectos costosos que han quedado en el olvido incluyen la construcción de placa huella en la vereda Las Juntas del municipio de Rioblanco y la edificación de pozos sépticos en la zona rural de Chaparral.
Expertos señalan que, aunque se han implementado medidas como la contratación por pliegos tipo para reducir la cantidad de proyectos inconclusos, persisten factores que permiten que los contratistas incumplan sus obligaciones. Entre ellos se encuentra el seguimiento tardío de las intervenciones o supervisiones, así como la falta de rapidez en la aplicación de sanciones por parte de las alcaldías y la Gobernación.
La proliferación de elefantes blancos en el Tolima no solo representa una pérdida económica, sino también una afectación a la comunidad, que se ve privada de disfrutar de las infraestructuras prometidas. Es necesario implementar medidas más efectivas que permitan prevenir y sancionar el incumplimiento de los contratistas, así como garantizar la finalización exitosa de los proyectos de infraestructura en el departamento. De esta manera, se podrá evitar la impunidad y velar por el buen uso de los recursos públicos en beneficio de la comunidad tolimense.