La Dorada, en el departamento de Caldas, continúa destacándose como un epicentro de pesca artesanal y comercial en Colombia. Desde sus aguas, la actividad pesquera no solo sostiene a las comunidades locales, sino que también abastece mercados en importantes puntos del país, como el puerto de Barrancabermeja, en Santander.
De acuerdo con pescadores y comerciantes de La Dorada, el traslado del producto hacia Barrancabermeja se ha convertido en una actividad clave para dinamizar la economía regional. “Aquí trabajamos con esfuerzo para ofrecer pescado fresco y de calidad, que es muy bien recibido en Barrancabermeja y otros mercados cercanos”, comentaron líderes del gremio pesquero.
El puerto de Barrancabermeja, conocido por su movimiento comercial, ha consolidado una fuerte relación con los productores de La Dorada. Cada semana, toneladas de pescado como bocachico, bagre y tilapia llegan a este punto, atrayendo compradores y consumidores que buscan productos frescos y a buen precio.
Este intercambio también fomenta la interacción cultural y comercial entre las regiones. Según expertos en economía regional, la conexión entre La Dorada y Barrancabermeja representa un modelo exitoso de comercio sostenible basado en productos locales. “Es una cadena que beneficia a los pescadores, comerciantes y consumidores finales, creando una dinámica económica positiva”, señalaron.
Además, las redes sociales han servido como herramienta para visibilizar esta actividad. Con mensajes como “Desde La Dorada llega buen pescado por Puerto Berrío”, los comerciantes promueven sus productos y resaltan la importancia de esta tradición en la vida cotidiana y el desarrollo económico.
Desde La Dorada, también se busca garantizar prácticas responsables en la pesca para preservar los recursos naturales y mantener la calidad de sus productos. Esta sostenibilidad es clave para asegurar la continuidad de este importante sector económico.
Finalmente, las autoridades locales invitan a los consumidores a respaldar la producción nacional, destacando que este tipo de comercio no solo enriquece la mesa de los colombianos, sino que también apoya a cientos de familias que dependen de la pesca como su principal sustento.