El AmaMagdalena marca un hito histórico en la navegación fluvial del país, impulsando el turismo y la economía local desde su travesía entre Cartagena y Calamar. La reactivación del río como vía turística representa un renacer cultural y económico para el Caribe colombiano.
Colombia celebra con orgullo el regreso de la navegación turística al majestuoso Río Magdalena. Después de más de seis décadas, el crucero AmaMagdalena surcó sus aguas, iluminando la noche con su imponente presencia y despertando el entusiasmo de comunidades ribereñas y autoridades por igual.
El viaje inaugural, que partió desde la bahía de Cartagena con rumbo a Calamar, en el departamento de Bolívar, marca el renacer de esta arteria fluvial como vía para el turismo internacional. Este acontecimiento es considerado un hito en la historia fluvial del país, pues el Magdalena, antaño columna vertebral del transporte nacional, recupera su protagonismo.
El crucero AmaMagdalena no solo ofrecerá experiencias de lujo a bordo para turistas nacionales y extranjeros, sino que también generará un impacto positivo en la economía local. Se espera que su operación impulse el empleo, fomente el comercio de productos típicos y fortalezca las actividades culturales en los municipios por donde pasa.
“Es una oportunidad histórica para mostrar al mundo la riqueza de nuestros paisajes, nuestra cultura y el talento de nuestra gente”, afirmaron voceros del sector turístico, quienes aplauden esta iniciativa como una apuesta sólida por la reactivación del turismo fluvial en Colombia.
A bordo del AmaMagdalena, los visitantes podrán disfrutar de recorridos entre Cartagena, Calamar, Magangué y otras poblaciones históricas del Caribe colombiano, todo con el confort de un hotel cinco estrellas flotante. La ruta permitirá descubrir no solo la biodiversidad del río, sino también la tradición y la historia de cada puerto.
Desde el Gobierno Nacional y las entidades turísticas se ha hecho énfasis en la importancia de proteger el ecosistema del Magdalena, promover un turismo responsable y garantizar que las comunidades locales sean protagonistas en esta nueva etapa. La navegación nocturna del AmaMagdalena simboliza así un equilibrio entre desarrollo económico y sostenibilidad
El regreso del crucero representa también un acto de recuperación del patrimonio intangible colombiano, ya que durante décadas, el río estuvo relegado al olvido como vía turística. Ahora, el resplandor de esta embarcación revive la memoria de un pasado donde el Magdalena fue el eje del comercio, la cultura y la conectividad del país.
El entusiasmo generado por esta travesía ha convertido al AmaMagdalena en un símbolo de esperanza, orgullo y visión de futuro. Colombia, con sus ríos, historia y gente, vuelve a contar su relato al mundo desde las aguas que una vez la conectaron.