En una ceremonia en la Catedral María Inmaculada de Ibagué, Adriana Matiz instó a dejar atrás la política de odios y a valorar el disenso como una fortaleza de la democracia, en homenaje póstumo al congresista asesinado.
En un ambiente de recogimiento y solemnidad, la gobernadora del Tolima, Adriana Matiz, presidió este martes una misa en la Catedral María Inmaculada de Ibagué en memoria del senador Miguel Uribe Turbay, cuyo asesinato ha provocado consternación en todo el país. La ceremonia religiosa fue un espacio para expresar solidaridad, rendir tributo a su trayectoria política y reflexionar sobre la necesidad de unidad nacional.
Durante su intervención al finalizar la misa, Matiz expresó un profundo sentimiento de tristeza por la pérdida del congresista, calificando el momento como “un dolor de patria muy grande”. La mandataria enfatizó que el duelo por la muerte de Uribe debe ser una oportunidad para superar las diferencias ideológicas y reenfocar el debate público hacia el respeto y la construcción de consensos.
“Hoy el Tolima deja las banderas políticas a un lado y se une en torno a Miguel Uribe. Total, hoy no solamente el Tolima, sino toda Colombia tiene un gran dolor”, señaló la gobernadora, subrayando que el homenaje trasciende fronteras partidistas y que el país entero comparte el luto. Sus palabras buscaron enviar un mensaje de reconciliación en medio de un clima político polarizado.
Matiz también hizo hincapié en que el disenso, lejos de ser una amenaza, debe ser entendido como un elemento esencial para la democracia. “El disenso es la fuerza y es el alma de la democracia, no es el enemigo”, afirmó, resaltando la importancia de aceptar y debatir las diferencias con altura, sin que estas se conviertan en motivos de violencia o enfrentamiento.
La misa contó con la asistencia de líderes políticos, representantes de distintos sectores sociales y ciudadanos que se unieron para rendir homenaje al senador. El acto fue un espacio de encuentro en el que se recordaron las contribuciones de Uribe Turbay al país y su compromiso con las causas sociales y el fortalecimiento de las instituciones.
Los asistentes manifestaron que este tipo de homenajes deben servir como recordatorio de que la política debe estar al servicio de la gente y no convertirse en escenario de odios que atenten contra la vida y la democracia. La presencia masiva en la Catedral evidenció el impacto que la figura de Miguel Uribe tuvo en distintos sectores de la sociedad colombiana.
El asesinato del congresista ha generado llamados a la reflexión sobre la seguridad de los líderes políticos y la necesidad de blindar el ejercicio democrático frente a la violencia. Autoridades nacionales y regionales han coincidido en que la tragedia debe motivar a fortalecer las garantías para quienes ejercen liderazgo público.
Con el cierre de la ceremonia, la gobernadora Matiz reiteró su compromiso de trabajar por un Tolima unido y por un país donde las diferencias se tramiten en el marco de la democracia. “La memoria de Miguel Uribe nos llama a todos a construir un futuro con respeto, diálogo y reconciliación”, concluyó, dejando un mensaje que resonó entre los asistentes.