El actual presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha sido nominado al Premio Nobel de Paz 2024 por el diputado noruego Rasmus Hansson. La nominación se fundamenta en la política de “paz total” del mandatario, que busca el diálogo con diversos actores armados como un medio eficaz para resolver conflictos y reducir la violencia. Hansson elogió los esfuerzos de Petro en la construcción de una paz integral y moderna.
La noticia generó reacciones encontradas en Colombia y más allá. Petro expresó su agradecimiento por la nominación y reafirmó su compromiso con la paz en el país. Sin embargo, la política de “paz total” de Petro ha sido objeto de controversia interna, con críticos que señalan la falta de reglas claras y la improvisación en su enfoque.
La nominación destaca los intentos de Petro por dialogar con diversos grupos armados, incluido el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Aunque ha enfrentado obstáculos y amenazas de abandono por parte del ELN, se logró un cese al fuego bilateral, que ha tenido un impacto positivo en algunas zonas del país.
La política de Petro, que busca la paz con todos los grupos ilícitos, ha sido reconocida internacionalmente, aunque también ha recibido críticas por su ejecución. La nominación al Nobel de Paz sitúa a Petro en un escenario global, donde se debaten tanto sus esfuerzos pacificadores como los desafíos que enfrenta su estrategia.
El Nobel de Paz es un premio prestigioso y difícil de obtener. Petro se une a figuras como Nelson Mandela, Médicos Sin Fronteras y Juan Manuel Santos, expresidente colombiano, quien recibió el premio en 2016 por su papel en el Acuerdo de Paz con las FARC.
Los comités encargados de evaluar las nominaciones determinarán si finalmente se convierte en ganador de este reconocimiento, lo que podría tener implicaciones significativas para el país y su posición en la arena internacional.