Comunidades del centro del departamento del Tolima, denuncian que la empresa Holcim pretende desarrollar en el territorio una explotación minera a cielo abierto mucho más grande que hay en la región, incluso manifestaron a esta redacción LAOTRAVERDAD.CO que los están contactando a los líderes sociales y Veredales, en los municipios del Valle de San Juan y San Luis, Tolima, para que asistan totalmente a las reuniones para la socializaciones de lo que será la instalación de la banda transportadora del material explotado.
El complejo incluiría cuatro minas en Valle de San Juan, con una extensión inicial que supera las 300 hectáreas, y una banda transportadora de 22,5 kilómetros que conectaría las minas con una planta procesadora en Ibagué.
El proyecto ha generado inquietud entre las comunidades locales, especialmente por el riesgo de afectar al río Luisa afluente hídrica para la bocatoma del suministro de agua para el Municipio de San Luis y el Corregimientode Payandé, vital para miles de habitantes. Además, los impactos ambientales derivados de la minería a cielo abierto, como la remoción de capas vegetales y el uso de explosivos, son fuente de preocupación entre los habitantes de Valle de San Juan y municipios vecinos como San Luis, Tolima.
Las minas contempladas incluyen la vereda Filadelfia, con un área de 61 hectáreas; Buenavista, de 86 hectáreas; La Manga, con 71 hectáreas; y Aguas Blancas, la mayor, con 96 hectáreas. Esta última se encuentra a menos de 50 metros de las Reales Minas de El Sapo, un patrimonio histórico y ecológico que, según los habitantes, podría quedar en peligro por las actividades extractivas.
El Comité para la Defensa del Agua y la Biodiversidad, conformado por líderes comunitarios de Valle de San Juan, ha encabezado la oposición al proyecto. Según el comité, este megaproyecto podría convertir al municipio en el “Cerrejón del centro del país” y pone en riesgo su biodiversidad y la calidad de vida de sus habitantes según le dijeron a El Cronista.
Por su parte, Holcim ha iniciado socializaciones del proyecto desde julio de este año. Sin embargo, los pobladores denuncian que estas reuniones han sido fragmentadas y carentes de claridad sobre la magnitud de las obras. “Cada socialización trae más dudas. El impacto ambiental y social es preocupante, y la información sigue siendo incompleta”, señaló Luis Villanueva, concejal de Valle de San Juan.
El impacto económico y social del proyecto también es motivo de debate. La región cuenta con una tradición agrícola robusta, destacándose en la producción de maíz, arroz, yuca y café. Los habitantes temen que la minería profundice los problemas ambientales vividos en el pasado, cuando otras empresas mineras agotaron fuentes hídricas y deterioraron la capa vegetal.
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A pesar de las críticas, Holcim necesita la aprobación de licencias ambientales para proceder con la explotación minera. La mina de Filadelfia, la más pequeña, ya está en proceso de licenciamiento ante Cortolima. Las minas restantes, por su volumen de producción, deberán ser autorizadas por la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA).
El silencio de Holcim ante las inquietudes de la comunidad ha alimentado la desconfianza. Mientras tanto, los habitantes buscan movilizarse en defensa de su territorio, inspirados en casos como el de Cajamarca, donde una consulta popular frenó el megaproyecto La Colosa en 2017.
El destino de este megaproyecto minero no solo determinará el futuro de Valle de San Juan, sino que también plantea interrogantes sobre el modelo de desarrollo que el Tolima quiere adoptar en los próximos años. La tensión entre la minería y la conservación ambiental vuelve a ocupar el centro del debate en la región.