La llegada de la subienda de pescado al municipio de Honda, Tolima, ha reactivado la economía local con la comercialización de especies como el nicuro, el bocachico y el bagre del Magdalena. Este fenómeno natural, que ocurre anualmente, representa una tradición profundamente arraigada en la región, donde pescadores y comerciantes trabajan para aprovechar al máximo esta temporada.
Sin embargo, el evento no está exento de retos. Pescadores como Luis Carlos Jorigua han señalado la importancia de devolver al río las especies más pequeñas que llegan con la subienda. “El pescado que está llegando es muy pequeñito, y cuando los capturan deben regresarlos al agua”, afirmó Jorigua, subrayando la necesidad de proteger la sostenibilidad de la pesca en el Magdalena.
A pesar de los esfuerzos de preservación, la subienda sigue siendo una fuente vital de ingresos para muchas familias. Juan Carlos Díaz, pescador de la región, destacó la esperanza de capturar peces de mayor tamaño en los próximos días. “Ya estamos empezando a coger peces grandes en algunos sectores”, expresó, reflejando el optimismo de quienes dependen de esta actividad económica.
Además de su impacto económico, la subienda es un evento cultural significativo para Honda, conocida como la ciudad de los puentes. Las plazas mayoristas se llenan de compradores que llegan desde diferentes municipios, generando un dinamismo comercial que beneficia a toda la región.
No obstante, la comunidad también está atenta a los precios de las diferentes tallas de pescado, que definirán el alcance económico de esta temporada. Los costos serán clave para garantizar que tanto pescadores como consumidores puedan aprovechar al máximo este fenómeno natural.
La subienda no solo revitaliza la economía, sino que también fortalece los lazos culturales de la región. Generaciones de tolimenses han vivido esta tradición como un momento de unión comunitaria, donde la pesca y la venta de pescado se convierten en una celebración de identidad local.
A pesar de los desafíos ambientales y económicos, la subienda sigue siendo un motor de desarrollo para Honda. Con la llegada de esta temporada, pescadores y comerciantes renuevan su compromiso con la sostenibilidad, conscientes de que esta tradición debe preservarse para las generaciones futuras.