Este domingo 7 de septiembre, la comunidad se vuelca al Parque Murillo Toro para participar en la Naranjatón 2.0, una jornada solidaria que rescata 12 toneladas de naranja campesina en el corazón de Ibagué, frente a la Gobernación del Tolima.
Hoy, domingo 7 de septiembre de 2025, el Parque Murillo Toro —frente a la Gobernación del Tolima y entre las carreras 3 y 4 con calles 10A y 11— vibra al ritmo de la Naranjatón 2.0. Desde las primeras horas de la mañana, agricultores de San José de Tetuán y Prudencio traen sus cosechas y las dejan al alcance de familias ibaguereñas que respondieron con entusiasmo y solidaridad al llamado comunitario.
La jornada, que inició a las ocho de la mañana, se ha convertido en un punto estratégico donde ya se están vendiendo naranjas criollas por toneladas. Los organizadores destacan la importancia de que este evento ocurra en un espacio tan emblemático: el Parque Murillo Toro, que tradicionalmente acoge eventos culturales, políticos y sociales de gran relevancia en la ciudad.
Con escasez de intermediarios, cada naranja adquiere su justo valor; más de dos toneladas ya han sido rescatadas del desperdicio en jornadas anteriores, multiplicando ingresos y dignificando el trabajo campesino. Hoy, esa solidaridad se replica con fuerza en el corazón de Ibagué, donde cada compra es también un acto de resistencia y apoyo rural.
El respaldo institucional es clave. La Agencia de Desarrollo Rural, el Ejército Nacional y medios comunitarios como Sentipensante TV y Prudencio Tolima participan activamente, aportando logística, difusión y visibilidad. Esta articulación asegura que la Naranjatón funcione como acción colectiva y solidaria, más allá de una simple venta.
Esta tarde, el flujo de personas aumenta: familias enteras, jóvenes y adultos convergen alrededor de las pilas de frutas, mostrando que cuando se apuesta por lo local, se fortalece también el sentido de comunidad. En este punto clave de la ciudad, la Naranjatón trasciende lo económico para convertirse en un símbolo de esperanza y unidad.
La jornada continúa en curso. Organizaciones y líderes rurales invitan a quienes todavía no han llegado a hacerlo hoy. El mensaje es claro: todos pueden ser parte de este acto de justicia alimentaria, donde cada naranja vendida es una victoria contra el despilfarro y por la vida digna en el Tolima.