Mientras se desarrollaban corralejas con varios heridos, el alcalde de El Espinal y el senador Óscar Barreto celebraban las fiestas de San Juan y San Pedro. Las autoridades había emitido directrices para evitar el sufrimiento animal, pero al parecer no fueron acatadas, generando llamados a las autoridades para investigar una posible omisión administrativa.
En medio de las festividades de San Juan y San Pedro en El Espinal, Tolima, crece la indignación por la postura asumidas por líderes políticos del Tolima, como el alcalde local Wilson Gutiérrez, quien, pese a los hechos de violencia en las corralejas, ha participado activamente en los eventos festivos junto al senador conservador Óscar Barreto; como quedó registrado en foto. La situación ha sido calificada como insensible por parte de distintos sectores de la sociedad civil.
Mientras se registraban aproximadamente más de 15 heridos en las tradicionales corralejas —una práctica cuestionada por su impacto en los animales y en la seguridad pública—, imágenes difundidas mostraban al mandatario espinaluno departiendo con el congresista en un lugar público, lo que generó críticas por ignorar las advertencias emitidas por las autoridades frente al maltrato animal.
Dichos organismos de control había emitido una informacion oficial en la que se instaba a los alcaldes del departamento a adoptar medidas preventivas contra el maltrato animal durante las fiestas patronales (en contraste con las advertencias de la Procuraduría 20 Judicial II Ambiental y Agraro; Por solicitud de Procuraduría CORTOLIMA adopta medida preventiva contra construcción ilegal de corralejas en ferias tradicionales del Tolima), especialmente en actividades como las corralejas, que históricamente han dejado víctimas humanas y animales.
Pese a ello, la Administración Municipal no solo permitió el desarrollo del evento por cumplimiento de permisos, también dejando un mal mensaje en la administración pública de ese municipio; lo que ha sido percibido por la ciudadanía como un acto de omisión frente a su deber de garantizar la seguridad y el bienestar tanto de las personas como de los animales.
El senador Óscar Barreto, por su parte, no ha emitido pronunciamiento alguno respecto a los hechos ni a favor ni contra de las corralejas, a pesar de que diversos ciudadanos en el departamento han manifestado que se escuche su rechazo público a las corralejas. Su silencio ha sido interpretado como una señal de complicidad con una práctica cada vez más cuestionada.
Varias organizaciones defensoras de los derechos animales han elevado su voz exigiendo respuestas y exigiendo a los entes de control —Procuraduría, Fiscalía, Defensoría del Pueblo y Personería Municipal de El Espinal — que inicien investigaciones sobre posibles omisiones administrativas o incluso un presunto prevaricato por acción u omisión. Ya las autoridades estableceran si hubo o no falta alguna.
Mientras tanto, el episodio reabre el debate sobre la pertinencia de mantener las corralejas dentro del marco de las fiestas populares, sobre todo cuando se ponen en riesgo vidas humanas y se vulneran derechos fundamentales de los animales, todo bajo el amparo de tradiciones culturales.
Finalmente, líderes sociales del Espinal y el Tolima reiteran el llamado a la coherencia institucional y a la acción de los órganos de control. “No se puede permitir que, en nombre de la tradición, se ignoren los principios de legalidad, humanidad y responsabilidad de los funcionarios públicos”, señalaron.