El exrepresentante a la Cámara José Elber Hernández, “Choco”, rompió el silencio este 8 de diciembre, reafirmando su militancia en el Partido Conservador y anunciando una alianza cercana con el senador Miguel Barreto, un movimiento que sacude el mapa electoral. Paralelamente, su aliada política, la excandidata Adriana Carolina Castillo Trujillo, saltó al Centro Democrático, marcando una redistribución estratégica de fuerzas en la región.
El mapa político del Tolima experimentó un sacudón significativo luego de la doble movida estratégica protagonizada por el exrepresentante José Elber Hernández, popularmente conocido como “Choco”, y su círculo político más cercano. En una jornada marcada por anuncios contundentes, “Choco” rompió el silencio mediante una rueda de prensa celebrada en la mañana de este 8 de diciembre, despejando las dudas que se cernían sobre su futuro inmediato dentro de la colectividad azul.
La rueda de prensa sirvió para que José Elber Hernández dejara clara su postura política: a pesar de los recientes reveses y las tensiones internas, el exrepresentante permanece firme dentro de las filas del Partido Conservador. Este anuncio puso fin a las especulaciones sobre posibles saltos a otros movimientos o la conformación de grupos independientes, reafirmando su compromiso con la maquinaria tradicional de la colectividad en la región del Tolima, donde ha ejercido una notable influencia electoral durante años.
Además de su permanencia, Hernández dio a conocer un movimiento clave que redefine su estrategia política: tendrá un rol cercano y directo en la campaña del senador conservador Miguel Barreto. La alianza, que se materializa tras días de interrogantes sobre los reacomodos políticos en el departamento, sugiere una nueva concentración de fuerzas internas y plantea preguntas sobre el alcance real de esta dupla en las urnas y en las decisiones que se tomen de cara a las próximas elecciones territoriales y nacionales que se avecinan en el horizonte.
El reacomodo de “Choco” en el Partido Conservador se produce pese a que, en días previos, se había conocido que sostuvo varios acercamientos con distintos senadores del Directorio Nacional Conservador, varios de los cuales finalmente votaron en contra de su aspiración como candidato de la colectividad. Pese a ese escenario adverso y esa aparente falta de respaldo total de la bancada nacional, su decisión fue mantenerse dentro de la estructura partidista y fortalecer un trabajo político al lado de Barreto.
En un movimiento político paralelo que evidenció la distribución de su capital electoral, se confirmó un nuevo salto: su aliada Adriana Carolina Castillo Trujillo, excandidata a la Asamblea por el Partido Conservador, será ahora candidata a la Cámara de Representantes por el Centro Democrático. Este cambio fue anunciado a la entrada de la Registraduría y fue recibido por el congresista Carlos Eduardo Osorio con un mensaje directo para “Choco”: “Aquí se la recibo, yo se la cuido”.
La figura del senador Miguel Barreto agrega un elemento de análisis profundo a la nueva alianza en el Tolima. Barreto es ampliamente reconocido por su cercanía con el presidente Gustavo Petro, así como por su decidido respaldo a las principales reformas impulsadas por el actual Gobierno Nacional. De hecho, en los círculos políticos de Bogotá, este apoyo le ha valido el rótulo de “conservador petrista”, un factor que ahora entra en juego con la adhesión de “Choco”.
Bajo este contexto y estas afinidades visibles, surge la pregunta central en el análisis político regional: ¿está tomando forma una nueva dupla de apoyo al Gobierno Petro en el Tolima, integrada por Miguel Barreto y José Elber Hernández? La coincidencia política y la estrategia regional en un departamento tradicionalmente conservador abren interrogantes sobre los nuevos equilibrios que se gestan y si esta cercanía es señal de un realineamiento ideológico.
La presencia de José Elber Hernández como gerente de campaña de Barreto evidencia un reacomodo político que, sin duda, empieza a sacudir las estructuras tradicionales del mapa electoral. Por ahora, los hechos muestran definiciones claras y una afinidad estratégica; el alcance real de esta cercanía, y su impacto en el mapa político regional, será materia de lectura en los próximos meses, conforme se acerquen los cierres de listas y el inicio de las jornadas de votación en el país.









