Pero una vez se entra en él, se accede al servicio, que sin duda es lo complejo para cualquier usuario.
Es eso lo que debe discutirse en la reforma al Sistema de Salud en el Congreso. El meollo del asunto es como acceder rápida y eficientemente a dicha ruta, cómo evitar la costosa y burocratizada intermediación del servicio.
No soy un experto en el tema, considero que es de los más delicados, complejos e importantes para el país, por eso, es menester dejarlo a quienes lo han estudiado. Lo importante es conocer en detalle y de manera puntual qué es lo que busca el Gobierno Petro con la reforma, qué podría afectar, qué podría mejorar y hacía donde van los cambios; pero también es buen momento para que sepamos porque la intermediación gasta tanto dinero, dónde y en qué se gasta, porqué las EPS dan utilidades multimillonarias y los procesos de citas, aprobación, estudios de caso son tan excesivamente demorados.
Todos sabemos que en la intermediación, están metidos con uñas y dientes los banqueros, ex presidentes, congresistas y excongresitas, políticos nacionales, regionales y locales, dada la enorme cantidad de dineros públicos, el exiguo control sobre estos, la maraña administrativa y legal que se creó para difuminar la vigilancia, sumado a débiles sistemas de información y control. Por eso, sí se requiere un debate con cifras, datos, estudios y estadística, más allá de mesitas técnicas cerradas aquí y allá para la disertación de unos pocos.
Cosas que se deben acabar: el llamado paseo de la muerte a los usuarios, la falta de atención inmediata en las urgencias, las demoras en las citas y trámites para acceder a cualquiera de los servicios de la IPS y hospitales.
Sé que ustedes y yo conocemos miles de casos con las consabidas desgracias para la salud de los colombianos por la ineficiencia en el servicio, pésima información y demoradas deliberadas que ha costado vidas y daños irreparables en la calidad de la salud de muchos.
Permítame para cerrar, solamente comentándoles una en experiencia propia, que aunque no grave, sí muestra a la plenitud parte del problema. El 22 de diciembre de 2022, fui al médico, dos veces al año me hago un chequeo general con toma de exámenes generales. Obtuve la cita a través de VIVA 1ª de la Nueva EPS, la había pedido por su sistema de whatssap desde finales de noviembre o comienzos del mismo mes. Lo eficiente sería que máximo una asignación durara 8 días, pero bueno.
Asistí y aproveché para que me dieran una orden de optometría, ver el estado de mi visión y cambiar los lentes, hacia más de un año no lo hacía. Lista la orden del médico, ahora a conseguir la cita a través de un número celular y un correo electrónico, información que da la misma EPS. Escribí y llamé ese mismo día muchas veces, igual los días posteriores en diciembre, enero y febrero de 2023. Fui hasta el lugar donde debe cumplirse la cita, pero imposible entrar sin la cita asignada. Todo fallido.
Entonces me tocó hacer lo que desnuda la pusilanimidad del sistema, entrar a la página de la EPS para solicitar una cita, para que me dijeran qué hacer para que me dieran la cita optométrica. Esa nueva cita la pedí la segunda semana de febrero, la asignaron para el pasado 1 de marzo. Llegué, luego de casi 50 minutos me atendieron, me pidieron la remisión médica.
Ahora lo llamamos, pasó media hora más, me llamaron y dijeron: Ya pedimos nosotros directamente su cita al optómetra señor; bueno y para cuándo quedó día y hora, no lo veo aquí, comenté. ¡Ah! No se preocupe al teléfono y correo que nos dio le indicarán. En cuanto tiempo, riposté. Mínimo 10 días hábiles, comentó sonriendo la señorita. Y si no me llaman ni me escriben qué hago, indiqué. Fácil, vuelve aquí, me comentó. Es decir, usted y su salud no nos importa, pierda tiempo o muérase, pensé yo frente a los casos dramáticos que escuchaba en esa oficina del edificio M30 de Ibagué, mientras esperaba el llamado.
Pero cosa curiosa, en las mismas ventanillas de atención y en la puerta de ingresos, hay colocada estratégicamente cantidad de publicidad de la misma entidad ofertando medicina prepagada para citas y procedimientos sin demora. Entonces recordé algo que había leído por ahí sobre lo ruin de la operación de las propias EPS, que hacen de su ineficiencia un gran negocio, al ofrecer los llamados planes complementarios y medicina prepagada, al generar la deficiencia en la atención y vender la solución a su propio problema. Por lo cual, se resulta pagando dos veces por el servicio, máxime si es contizante en salud, creo que lo dijo la profesora Marcela Vélez de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia; y sí tiene toda la razón profe. Aquí un buen ejemplo de ello.