Una nueva muestra de intolerancia ha sacudido al municipio de Ciudad Bolívar, en el suroeste antioqueño. En un hecho lamentable, una mujer agredió física y verbalmente a una auxiliar de enfermería en plena jornada de atención médica en el Hospital Local La Merced. El motivo: el llanto de su hijo durante un procedimiento clínico rutinario.
La víctima fue identificada como Daniela Cortés, quien intentaba canalizar la vena del niño cuando este, como es natural en muchos menores, reaccionó con llanto. Fue entonces cuando la madre del menor perdió el control y arremetió con golpes y arañazos contra el rostro de la profesional, dejándola visiblemente afectada.
El alcalde León Darío Acevedo Vargas lamentó profundamente lo ocurrido y ofreció su respaldo a la trabajadora de la salud. Indicó que se ha sugerido interponer la denuncia formal ante la Fiscalía General de la Nación para que la agresora responda penalmente por el acto violento e injustificado.
En sus redes sociales, Daniela Cortés relató lo sucedido y expresó su desconsuelo. “No es justo que por cumplir con nuestra labor y procurar la recuperación de un menor tengamos que vivir estas situaciones. Me siento humillada, pisoteada y miserable”, escribió la auxiliar, visiblemente afectada por el abuso sufrido.
La profesional también explicó que no se defendió durante la agresión por respeto a la institución. Sin embargo, enfatizó que ser enfermera no anula su condición de ser humano. Su testimonio conmovió a cientos de personas en redes sociales que manifestaron su solidaridad y exigieron justicia.
El Hospital La Merced emitió un comunicado oficial rechazando cualquier forma de violencia contra su equipo de trabajo. “La agresión hacia nuestra profesional no es solo un hecho aislado: es una afrenta a todos quienes trabajan por el bienestar común”, señaló el centro asistencial.
El hecho ha encendido el debate sobre la necesidad urgente de sensibilizar a la ciudadanía sobre el respeto que merece el personal de salud. Las agresiones contra estos trabajadores se han incrementado en los últimos años, muchas veces sin consecuencias legales proporcionales para los agresores.
El alcalde Acevedo Vargas aprovechó la oportunidad para recordar que el Hospital La Merced presta servicios de segundo nivel a 23 municipios de la región. Subrayó la importancia de respetar los protocolos de atención y mantener una conducta tolerante, incluso en momentos de angustia familiar.
El caso de Daniela no es aislado. Diversos gremios médicos y asociaciones de enfermería han denunciado reiteradamente situaciones similares, en las que los profesionales se ven vulnerados por usuarios que, en medio de la tensión, actúan con violencia física o verbal.
Ciudad Bolívar hoy se encuentra conmovida, pero también llamada a reflexionar. La dignidad de los trabajadores de la salud no puede ser violentada. Tras el incidente, crecen las voces que exigen justicia, respeto y medidas claras para proteger a quienes, día a día, cuidan de la vida de los demás.