En medio de la creciente violencia en el suroccidente de Colombia, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, ha reiterado la posición del gobierno respecto a los bombardeos en zonas conflictivas. “Donde haya menores, no hay bombardeo y eso es definitivo. Los bombardeos no están prohibidos, está prohibido que se bombardee donde haya menores”, afirmó Velásquez tras la Comisión Segunda del Senado.
Velásquez explicó que las fuerzas militares deben asegurar la alta probabilidad de no presencia de menores antes de cualquier bombardeo. “La limitación no es precisamente por los bombardeos, sino porque se mata a los menores”, enfatizó. Además, señaló que en cada acción militar, especialmente en el suroccidente del país, se han recuperado menores de edad utilizados por grupos armados ilegales.
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El ministro también se refirió al “efecto perverso” de la instrumentalización de menores por parte de organizaciones como el Estado Mayor Central (EMC) de las disidencias de las FARC. “Nos enfrentamos a un dilema porque sabemos que vamos a respetar la vida de esos menores”, admitió Velásquez.
Sin embargo, Velásquez aclaró que la presencia de menores no impedirá la defensa de las tropas en combates directos. “No significa que los miembros de la fuerza pública van a inmolarse porque del otro lado hay un menor. Si están disparando, la fuerza pública tiene que defenderse, pero en combates en tierra, no precisamente bombardeando”, explicó.
Estas declaraciones se producen después de que el alcalde de Cali, Alejandro Eder, pidiera al Gobierno revisar su política de bombardeos contra grupos ilegales. Eder argumentó que la prohibición de bombardeos en áreas con menores da una ventaja táctica a estos grupos, que están incrementando el reclutamiento de menores. “Lo que se debería hacer es enfrentar a estos grupos sin escatimar esfuerzos, se necesitan más soldados, más horas de vuelo y más capacidad de inteligencia”, dijo Eder.
Eder también destacó la necesidad de mantener las ventajas tácticas que fueron claves en el pasado para derrotar a otros grupos ilegales. “Los menores de edad se protegen previniendo el reclutamiento, sancionando y castigando fuertemente a quienes los reclutan. Los bombardeos son operaciones que llevan mucha inteligencia donde se mira caso por caso, pero uno no puede renunciar a ventajas tácticas”, aseveró.