Durante un debate de control político en el Senado, el ministro Guillermo Alfonso Jaramillo afirmó que la reforma no elimina las EPS, sino que redefine su rol para proteger los recursos públicos y garantizar la atención en salud.
En medio del más reciente debate de control político en la Comisión Séptima del Senado de la República, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, explicó con firmeza el verdadero alcance de la Reforma a la Salud impulsada por el Gobierno del presidente Gustavo Petro. Según el funcionario, existe una narrativa errada promovida por sectores que afirman que las EPS serán eliminadas.
“Aquí votaron por un presidente, Gustavo Petro, y la gente pidió un cambio. A las personas no les gustaban las EPS y lograron, a través de los medios de comunicación, cambiarle esa idea a la gente diciéndole que se iban a quedar sin salud, pero nadie dijo que las EPS se van a acabar”, manifestó Jaramillo frente a los senadores y a la opinión pública.
El ministro aseguró que las EPS se transformarán en “Gestoras de Salud y Vida”, una figura que no manejará recursos públicos ni tendrá funciones financieras directas. Su función será administrativa, organizando y acompañando los servicios de salud para garantizar eficiencia en la atención y prevención de enfermedades.
Jaramillo subrayó que el Gobierno Nacional no pretende destruir el sistema actual, sino rescatarlo del colapso. Para ello, se han tomado medidas de intervención en algunas entidades promotoras de salud, cuya crisis financiera amenaza la estabilidad del modelo sanitario nacional.
Actualmente, las EPS acumulan millonarias deudas con hospitales, clínicas y proveedores, lo que ha generado una cadena de dificultades en la prestación de los servicios. El Ministerio de Salud considera que es fundamental redefinir las reglas del juego para que los recursos lleguen directamente a quienes prestan el servicio, sin intermediación.
“La reforma busca proteger los recursos públicos y garantizar su flujo directo hacia los prestadores reales de salud, como hospitales y centros médicos. No es justo que el dinero se pierda en burocracias o se quede atrapado en entidades con problemas estructurales”, puntualizó el ministro.
La propuesta del Gobierno ha sido motivo de intensas discusiones en el Congreso, donde algunos sectores apoyan la transición hacia un modelo más equitativo, mientras otros alertan sobre los riesgos de desestabilizar lo que aún funciona del sistema actual. El Ejecutivo insiste en que no se trata de improvisar, sino de corregir lo que no ha dado resultados.
En este contexto, Jaramillo llamó a la ciudadanía a no dejarse manipular por versiones infundadas. “Las personas no van a quedar sin salud. Lo que buscamos es que tengan una mejor atención, sin trabas administrativas y con un Estado más responsable en la vigilancia de los recursos”, afirmó.
El Ministerio de Salud aseguró que ya se están diseñando mecanismos de transición para que la transformación de las EPS se dé de manera ordenada, sin afectar la continuidad de los servicios. También se fortalecerá la red pública hospitalaria para que tenga mayor protagonismo en el nuevo modelo.
Finalmente, el ministro reiteró que el espíritu de la reforma es garantizar el derecho fundamental a la salud, reducir la desigualdad territorial en la atención médica y devolverle la dignidad a los pacientes y al personal sanitario que hoy trabaja en condiciones precarias.