La muerte reciente de un tigrillo en la vía Murillo–Manizales encendió las alarmas sobre el impacto de los atropellamientos y disturbios humanos en el entorno natural del páramo. Habitantes exigen campañas de conciencia y mayor protección ambiental.
La muerte de un tigrillo, aparentemente atropellado en la vía que conecta al municipio con Manizales, ha generado gran preocupación entre los habitantes y ambientalistas de la región. Este hecho se suma a una serie de reportes de fauna silvestre muerta en las carreteras, lo que evidencia un deterioro progresivo de los ecosistemas del páramo.
Vecinos del sector y transeúntes frecuentes han manifestado que, aunque estos atropellamientos no son diarios, sí se han vuelto más frecuentes y preocupantes. Mamíferos pequeños, aves y reptiles aparecen muertos en las vías, afectando no solo la biodiversidad sino también el equilibrio ecológico que caracteriza a esta zona de alta montaña.
“La presencia del tigrillo es señal de que el ecosistema del páramo está en buen estado. Su muerte, más allá de lo trágico, es una advertencia de que estamos afectando gravemente el entorno”, expresó un habitante del municipio que presenció el hallazgo del animal.
La situación no solo se limita a los atropellamientos. En el casco urbano de Murillo también se ha reportado el desplazamiento de fauna silvestre que, al verse afectada por la urbanización, el ruido y la contaminación, busca refugio fuera de su hábitat natural. Esta dinámica incrementa los riesgos tanto para los animales como para las personas.
Especialistas ambientales señalan que la zona de páramo en Murillo es un ecosistema clave para la regulación del agua, el clima y la biodiversidad del centro del país. Cualquier alteración en sus especies emblemáticas, como el tigrillo, puede derivar en consecuencias irreversibles para los ciclos ecológicos.
Ante este panorama, ciudadanos y defensores del medio ambiente hacen un llamado urgente a las autoridades locales, departamentales y nacionales para implementar campañas de sensibilización ambiental, promover la instalación de señalización en las vías y establecer pasos seguros para la fauna silvestre.
También se solicita mayor articulación con entidades como Cortolima, Parques Nacionales y el Ministerio de Ambiente, para avanzar en políticas de conservación específicas para el ecosistema de páramo y su fauna vulnerable. La protección de estas especies es clave para la sostenibilidad de los territorios rurales.
Murillo, reconocido por su biodiversidad y paisaje natural, no puede darse el lujo de perder su riqueza ecológica. Hoy más que nunca, la vida silvestre necesita acciones concretas para garantizar su preservación, y no imponer medidas restrictivas, que no estén acompañadas de procesos pedagógicos en búsqueda de la reactivación total del corredor ecoturístico.