El Servicio Geológico Colombiano reportó una leve disminución en la energía sísmica y fracturamiento de roca durante la última semana de monitoreo volcánico.
El Servicio Geológico Colombiano (SGC) emitió su más reciente boletín semanal sobre el volcán Nevado de Santa Isabel, detallando el comportamiento registrado entre el 16 y el 22 de diciembre de 2025. Según el informe técnico de la entidad, el sistema volcánico continúa mostrando señales de actividad interna, aunque con una tendencia a la estabilidad.
Durante este periodo evaluado, los instrumentos detectaron una continuidad en la sismicidad relacionada directamente con el fracturamiento de roca dentro del edificio volcánico. No obstante, el SGC destacó que tanto el número de sismos como la energía liberada presentaron una disminución leve en comparación con los registros obtenidos la semana inmediatamente anterior.
Los eventos sísmicos reportados se caracterizaron por tener niveles de energía bajos, con magnitudes que no superaron el umbral de 1 en la escala de referencia. Estos movimientos se localizaron predominantemente en el sector oriente del volcán, a una distancia menor a los cinco kilómetros del centro de la estructura y a profundidades moderadas.
Respecto a otros indicadores técnicos, como la desgasificación o deformación del suelo, el boletín oficial señaló que no se presentaron cambios importantes o anomalías fuera de lo común. Esto refuerza la percepción de un estado de equilibrio dinámico dentro del volcán, permitiendo que los parámetros de diagnóstico se mantengan bajo observación constante.
A pesar de la reducción en la intensidad sísmica, las autoridades geológicas confirmaron que el estado de alerta se mantiene en Amarillo. Esta calificación indica que el volcán sigue activo y presenta cambios en su comportamiento base, lo cual requiere que tanto la comunidad como los organismos de socorro permanezcan atentos a cualquier evolución.
Finalmente, el SGC instó a la población a consultar únicamente canales oficiales y seguir las instrucciones de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Se recomendó a los habitantes de las zonas de influencia estar preparados y no bajar la guardia ante posibles variaciones futuras en el nivel de actividad volcánica.