Hombres armados interceptaron a ciudadanos en el sector de La Veranera, corregimiento de Amoyá, despojándolos de sus pertenencias. La comunidad exige mayor presencia estatal ante el aumento de la inseguridad en las zonas rurales del sur del Tolima.
La tranquilidad volvió a verse interrumpida en el sur del Tolima tras un nuevo asalto armado registrado este jueves en la vía que conecta las veredas de Tuluní, La Línea Diamante y Las Señoritas, en el municipio de Chaparral. El hecho se presentó hacia las 11:30 a. m. en el sector conocido como La Veranera, corregimiento de Amoyá.
Según versiones de testigos, varios sujetos armados salieron al paso de los vehículos y transeúntes, intimidándolos con armas de fuego para robarles sus pertenencias. Las víctimas, algunas aún visiblemente afectadas, relataron que los delincuentes actuaron con rapidez y violencia.
Este no es el primer caso de inseguridad reportado en esta zona rural de Chaparral. Los habitantes y viajeros afirman que los asaltos en la vía Tuluní – La Línea Diamante se han vuelto frecuentes, generando miedo, zozobra y afectación al comercio y movilidad entre las veredas.
La comunidad de Amoyá y sectores aledaños claman por intervención urgente del Estado. Los líderes locales han elevado su voz para exigir la presencia constante de la Policía y el Ejército, además de estrategias efectivas para combatir el accionar de bandas delincuenciales en las rutas rurales.
“El abandono se siente, la inseguridad ha crecido y no podemos seguir normalizando estos asaltos. Esta es una zona productiva que no puede quedarse sin garantías para vivir en paz”, manifestó uno de los habitantes del sector afectado, quien prefirió mantener el anonimato por temor a represalias.
Hasta el momento, las autoridades locales no se han pronunciado oficialmente sobre el incidente, pero se espera que en las próximas horas se emita un comunicado con detalles del hecho y medidas a tomar. La falta de patrullajes permanentes en estas vías ha sido una de las principales quejas de los residentes.
Organizaciones comunitarias de Chaparral han solicitado mayor inversión en seguridad rural, iluminación vial y apoyo institucional, señalando que la violencia también impide el desarrollo económico de las comunidades campesinas.
Este nuevo episodio violento evidencia el alarmante deterioro de la seguridad en el sur del Tolima, donde zonas como Amoyá, Tuluní y Las Señoritas siguen siendo víctimas del abandono y la delincuencia, sin una respuesta clara de las autoridades regionales.
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