Agricultores completan cuatro días de protestas exigiendo un reajuste en el precio de la carga de arroz. Mientras la crisis golpea al sector, el Gobierno Nacional plantea soluciones a mediano plazo que no convencen a los productores.
Este jueves 6 de marzo, el paro arrocero en el Tolima llega a su cuarta jornada, con protestas en puntos estratégicos del departamento. Los agricultores denuncian que la caída del precio de la carga de arroz les está generando pérdidas millonarias, afectando gravemente la sostenibilidad del sector. Según los productores, las pérdidas por hectárea podrían alcanzar los dos millones de pesos debido a la descompensación entre los costos de producción y comercialización.
Uno de los voceros de la protesta, Germán Ortiz Lerma, cultivador de Lérida, señaló que en los últimos meses el precio de la carga ha caído en 50 mil pesos, situándose actualmente en 185 mil pesos. Este desplome, sumado a los altos costos de insumos y producción, ha llevado a los arroceros a exigir medidas urgentes por parte del Gobierno Nacional y la industria molinera.
Las manifestaciones han generado bloqueos intermitentes en las principales carreteras del Tolima, afectando la movilidad en el centro del país. Los puntos más críticos de concentración son el Puente de Saldaña, que interrumpe el tránsito entre Espinal y Neiva; el Cruce de Armero, que afecta la vía entre Ibagué y Honda; y Gualanday-Chicoral, donde los manifestantes obstaculizan la conexión entre Bogotá y el Eje Cafetero.
Paralelamente, en el Espinal avanzan las mesas de concertación entre delegados del Ministerio de Agricultura y los productores. Las discusiones giran en torno al reajuste del precio de la carga, el control del contrabando y la modificación de la fórmula para liquidar la Tasa de Uso de Agua (TUA), aspectos que los agricultores consideran esenciales para garantizar la rentabilidad del sector.
A pesar de los diálogos, hasta el momento no se ha alcanzado un acuerdo. Mientras los arroceros exigen soluciones inmediatas, el Gobierno Nacional plantea estrategias a mediano y largo plazo, incluyendo la oferta de líneas de crédito con condiciones favorables. Sin embargo, los agricultores insisten en que el problema es estructural y que las propuestas actuales no solucionan la crisis de fondo.
Otro punto de discordia en la mesa de concertación es la propuesta del Gobierno de caracterizar a los productores para entregar subsidios directos a quienes posean hasta 10 hectáreas cultivadas. Esta iniciativa ha sido rechazada por los manifestantes, quienes consideran que excluye a un gran número de agricultores con tierras de mayor extensión, pero que también enfrentan dificultades económicas.
El paro arrocero en el Tolima no solo expone la problemática de los precios, sino que también refleja la falta de políticas efectivas para fortalecer el agro colombiano. Los agricultores denuncian que los Tratados de Libre Comercio, el dominio de monopolios en la agroindustria y la falta de regulación han dejado al sector en una situación insostenible.
Mientras tanto, la incertidumbre crece entre los productores, quienes advierten que de no llegar a una solución concreta, las movilizaciones continuarán. La expectativa ahora está puesta en los próximos días de negociación y en la voluntad del Gobierno para dar respuestas que atiendan las demandas del sector arrocero.