Un presunto hecho de intolerancia tuvo lugar durante la noche del pasado domingo 24 de julio en el exclusivo corregimiento de Calambeo, en el municipio de Ibagué (Tolima). Una perrita de raza criolla cruzada con pitbull recibió dos impactos de bala luego de que, presuntamente, un prestigioso pediatra fuera agredido por ella.
Según la versión de la familia de Frida, nombre al que responde este animal, el médico pediatra Óscar Hernández habría atacado a su mascota sin ninguna justificación y con una actitud violenta. La señora Martha Teresa Marulanda, dueña de Frida, le aseguró al medio Alerta Tolima que la canina fue soltada por un rato frente a su casa, como todas las noches antes de dormir, cuando la perra ladró y momentos después escuchó los disparos.
“La perra no lo mordió. Me vine a la casa y a los dos minutos escuché unos tiros, salí y lo observé al lado de la casa echando tiros. Encontré la perra herida debajo de la cama”, relató la mujer.
Marulanda aseguró que el hecho quedó grabado en las cámaras de seguridad del vecindario, que la perrita no había atacado a ninguno de los miembros de ese hogar y que fue muy difícil conseguir ayuda médica para Frida porque todos los centros veterinarios estaban cerrados a esa hora de la noche. Además, según ella, Hernández no le dio la cara a la Policía, ni mostró las heridas causadas por la canina o su salvoconducto.
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Del otro lado están Hernández y su esposa, Marta Mireya Peña, exsecretaria de Apoyo a la Gestión de Ibagué y directiva en la Universidad Minuto de Dios. La señora Peña publicó en su Facebook imágenes de lo que habría sido el ataque de Frida, descrito por ella como “un momento de terror con la perra de los vecinos”.
“Por cuarta vez sufrimos los ataques, hoy hasta la dueña, la señora Martha Marulanda tuvo que entrar hasta el garaje tratando de que el animal no atacará más a mi esposo. Todo debidamente grabado por las cámaras de seguridad. Una vez más razas peligrosas de perro atacan, pero son los perros los pobrecitos, y si la perra hubiese atacado a mis nietas, ahí presentes que estaríamos diciendo” (sic), dijo la señora Peña.
Por su parte, el señor Hernández emitió un comunicado para narrar lo que habría vivido con el animal. Dijo que, en defensa propia, propinó varios tiros al piso para sacar al animal de su propiedad y “evitar una tragedia con las niñas que se encontraban presentes en tan impactante episodio”.
“El animal enfurecido además de lastimarme, acabó con los zapatos y el pantalón de sudadera que tenía puesta, fue mi agilidad y fuerza, la que me salvó de consecuencias peores con el ataque. Reitero el animal entró a mi propiedad a atacarme y detrás la señora propietaria, quien no pudo controlar el animal”, dijo el pediatra implicado.
Por el momento, tanto la familia de Frida como la del médico pediatra hicieron sus respectivas denuncias ante la Fiscalía General de la Nación, a la que le queda la tarea de señalar las responsabilidades en este incidente. Este caso podría ser de difícil solución y las cámaras de seguridad serán piezas clave para tomar decisiones.
Si bien el Código de Policía establece que los perros de razas potencialmente peligrosas deben salir siempre acompañados y con bozal y collar, además de adquirir pólizas contra daños y perjuicios, este perro no tendría las características para calificarlo en esa categoría.