El presidente Gustavo Petro recordó que la política internacional es competencia exclusiva de la Presidencia y advirtió a los alcaldes de Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena que no pueden sustituir sus funciones. La advertencia surge en medio de tensiones por la posible descertificación de Colombia en la lucha antidrogas.
El presidente Gustavo Petro lanzó una fuerte advertencia a los alcaldes que preparan un viaje a Washington, Estados Unidos, para pronunciarse ante autoridades de ese país sobre la descertificación de Colombia en la lucha antidrogas. El jefe de Estado recalcó que, según la Constitución, los asuntos de política exterior son competencia exclusiva de la Presidencia y que ningún mandatario local puede arrogarse tales funciones.
El pronunciamiento se dio a través de la red social X, donde Petro fue enfático en señalar que un alcalde que asuma atribuciones propias del presidente estaría incurriendo en un delito. Con esta declaración, el mandatario dejó claro que no permitirá que se transgredan las competencias establecidas en la Carta Magna en materia internacional.
El viaje en cuestión es impulsado por los alcaldes Federico Gutiérrez (Medellín), Alejandro Éder (Cali), Alejandro Char (Barranquilla) y Dumek Turbay (Cartagena). Su intención es expresar ante congresistas y autoridades estadounidenses su preocupación por una eventual descertificación del país en la estrategia contra el narcotráfico. La visita está prevista para los próximos días y ya genera un amplio debate nacional.
Petro también dirigió críticas a Fenalco Antioquia, entidad que manifestó respaldo al viaje del alcalde de Medellín. La directora del gremio, María José Bernal, señaló que Estados Unidos es un socio estratégico y que la voz de los mandatarios locales fortalece la defensa del país. Sin embargo, Petro respondió que Fenalco no tiene competencia para avalar gestiones oficiales en política internacional.
En su mensaje, el mandatario recalcó que los gremios económicos pueden opinar libremente, pero no decidir sobre asuntos de Estado. “Puede viajar a donde se le dé la gana, pero para asuntos de política exterior, eso es función exclusiva del presidente”, puntualizó. La declaración dejó en evidencia la tensión entre el Ejecutivo y algunos sectores empresariales que respaldan la iniciativa de los alcaldes.
Mientras tanto, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, tomó distancia de la controversia. Confirmó que no participará en el viaje, argumentando que su agenda en la capital le impide desplazarse. Con esta postura, Galán evitó entrar en la confrontación directa y marcó una diferencia frente a los mandatarios que sí viajarán.
La advertencia presidencial se produce en un contexto de tensiones diplomáticas con Estados Unidos, en medio de los cuestionamientos de ese país sobre la estrategia antidrogas en Colombia. La posible descertificación es vista por el Gobierno como un golpe político y económico, pues podría afectar la cooperación bilateral en materia de seguridad y comercio.
Diversos analistas señalan que el choque entre Petro y los alcaldes refleja una lucha de protagonismo en escenarios internacionales. Para algunos, la visita de los mandatarios locales es un acto de defensa legítimo de la imagen del país; para otros, constituye una extralimitación de funciones que debilita la institucionalidad.
El debate ha escalado rápidamente y promete intensificarse en los próximos días, ya que el viaje coincide con la fecha en la que el gobierno de Estados Unidos definirá si mantiene a Colombia como aliado en la lucha contra las drogas. El episodio no solo enfrenta al presidente con los alcaldes, sino que también abre un nuevo capítulo en la discusión sobre la relación con Washington.
Con este pronunciamiento, Gustavo Petro marca una línea de control sobre las competencias constitucionales en política exterior, al tiempo que envía un mensaje claro de advertencia a los mandatarios locales. El resultado de este choque político dependerá de las decisiones que se adopten en Estados Unidos y de la capacidad del Gobierno Nacional para mantener una postura firme frente a la descertificación.