En la conmemoración de los 97 años de la Masacre de las Bananeras, el presidente Gustavo Petro denunció que Colombia enfrenta hoy amenazas similares a las de 1928 por parte de Estados Unidos, incluyendo la posibilidad de una invasión si no se somete a sus exigencias.
Afirmó que el país no aceptará intimidaciones y está dispuesto a defender su soberanía “con la vida”, al tiempo que rechazó los señalamientos sobre narcotráfico tras décadas de sacrificio colombiano.
El presidente Gustavo Petro encabezó este viernes la conmemoración de los 97 años de la Masacre de las Bananeras en Ciénaga, Magdalena, y aprovechó el acto para enviar un mensaje contundente mensaje sobre la soberanía nacional ante lo que calificó como nuevas amenazas de Estados Unidos.“Había una amenaza de los Estados Unidos a Colombia en 1928; eso parece que hoy fuera similar”, afirmó el mandatario, recordando que hace casi un siglo Washington presionó al gobierno colombiano hasta el punto de amenazar con desembarco militar en el Caribe si no se reprimía la huelga bananera.
Petro aseguró que actualmente existen presiones del mismo origen: “Se amenaza en el Caribe y a nosotros mismos con una invasión del mismo país, si el presidente no dice o hace lo que allá quieren”.Como Comandante Supremo de las Fuerzas Militares, el jefe de Estado fue tajante: “La orden es clara: aquí defendemos la soberanía con nuestra vida. Colombia no se deja amenazar, y quien pase de la amenaza a la acción solo despertará el jaguar americano que duerme en el corazón del pueblo”.
El mandatario invocó la figura de José María Melo, último general del Ejército Libertador, y de Simón Bolívar para subrayar que la institución militar colombiana tiene raíces independentistas y no aceptará injerencias extranjeras.
Abogó por el diálogo entre naciones “de tú a tú, mirándonos a los ojos”, reconociendo errores propios o ajenos, pero nunca bajo amenaza o imposición.Petro recordó el alto costo humano que ha pagado Colombia en la lucha contra el narcotráfico: “Aquí hemos puesto litros y litros de sangre durante más de medio siglo. Nadie ha medido cuánta; es un número terrible”.
Señaló que mientras en otros países prácticamente no ha habido víctimas mortales por esta guerra, en Latinoamérica han muerto más de un millón de personas en conflictos desatados por mafias surgidas de la prohibición de las drogas.“Y aun así nos insultan, nos señalan. No tienen por qué hacerlo”, concluyó el presidente, rechazando las acusaciones y descalificaciones que, a su juicio, recibe Colombia pese a su sacrificio histórico.









