En una encendida intervención desde la Plaza de Bolívar, el presidente Gustavo Petro defendió la consulta popular, criticó duramente al Congreso, y convocó al pueblo a movilizarse por sus derechos. El acto simbólico de desenfundar la espada de Bolívar marcó el clímax de su discurso.
En el marco de la marcha del Día Internacional del Trabajo, el presidente Gustavo Petro protagonizó un acto simbólico y político desde la Plaza de Bolívar, donde desenfundó la espada de Simón Bolívar y llamó a la ciudadanía a defender la consulta popular que su gobierno radicará en el Congreso.
Frente a miles de asistentes, Petro aseguró que “la espada de Bolívar nos comanda y nos guía en esta lucha por los derechos y la libertad del pueblo”. El acto, cargado de simbolismo histórico, buscó reforzar la narrativa del presidente sobre un nuevo pacto social para Colombia.
Durante su intervención, el mandatario criticó abiertamente al Congreso, calificándolo como una institución que “ya no es del pueblo” y advirtiendo que está rodeada de “una polismobra”, haciendo alusión a su desconexión con el voto popular. “¿No son soberanos los colombianos? ¿Entonces por qué hay senadores allá que se creen reyes?”, cuestionó.
También arremetió contra los congresistas que se opusieron a la reforma laboral, mencionando directamente al senador Cepeda, al senador Pinto y a ciertos sectores religiosos. Señaló que los trabajadores deben recibir remuneración justa más allá de las 6:00 p.m., y criticó las posturas que “dan migajas” a los trabajadores del país.
El presidente leyó uno a uno los puntos que conforman la consulta popular, en la que se incluyen temas relacionados con derechos laborales, justicia social y redistribución de la riqueza. Quienes se opongan a esta propuesta, dijo Petro, “serán recordados en todas las paredes, periódicos y emisoras”.
En medio de su discurso, pidió un minuto de silencio por Alberto Peña, un militante de Colombia Humana asesinado en Miranda, Cauca, mientras convocaba a la movilización. Petro señaló que su memoria debía honrarse con la participación popular.
Rechazó tajantemente cualquier intención de reelección, asegurando que no desea perpetuarse en el poder. “¿Cómo me van a meter otra vez en la tortura de otra vez a esa casa de cuartos fríos?”, ironizó, en respuesta a los vítores de la multitud que gritaba “reelección”.
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No obstante, bromeó sobre la posibilidad de quedarse, diciendo: “Si el Senado no le hace caso al pueblo me voy a amarrar al sillón con una soga a ver qué pasa”. Y concluyó con humor: “No, no, no, mentiras, eso es lo que saldrá mañana en la prensa”.
Hizo un llamado al Congreso para que apruebe la consulta popular, recordando a Gabriel García Márquez y pidiendo que “no metan a nuestros hijos en otros Cien Años de Soledad”. Llamó a actuar bajo las órdenes del pueblo histórico de Colombia.
El evento del primero de mayo no solo fue una conmemoración del trabajo, sino un escenario en el que el presidente buscó posicionar su narrativa de transformación social, al tiempo que redobló su enfrentamiento con los sectores que frenan sus reformas desde el Congreso.